40 pontificia universidad católica de puerto rico permitirles una vida digna a través del trabajo”. Por más que cambien los mecanismos de producción, la política no puede renunciar al objetivo de lograr que la organización de una sociedad asegure a cada persona alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo. Porque “no existe peor pobreza que aquella que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo”. En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo. (papa Francisco, 2020, núm. 162) Asimismo, en el núm. 168 de la carta encíclica (papa Francisco, 2020), el papa llama la atención sobre la necesidad de que los Estados adopten unas políticas económicas que promuevan una economía que: “(…)favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial, para que sea posible acrecentar los puestos de trabajo en lugar de reducirlos”. De igual forma, mueve a los empresarios privados a la creación de fuentes de trabajo diversificadas (núm. 123). Más aún, el papa nos recuerda en este documento, el principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes de la tierra y por tanto, el derecho de todos a su uso. (papa Francisco, 2020, núm. 123) Por otra parte, el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia recopila importantes principios de la fe católica sobre el tema del trabajo y los trabajadores. Dada la extensión y profundidad de este, solamente se señalarán algunos aspectos del mismo. Así, por ejemplo, este documento comienza aclarando las dimensiones objetivas y subjetivas del trabajo humano. En primer lugar, en el sentido objetivo, el trabajo, “(...) es el conjunto de actividades, recursos, instrumentos y técnicas de las que el hombre se sirve para producir, para dominar la tierra, según las palabras del libro del Génesis” (Pontificio Consejo Justicia y Paz, 2005, núm. 270). De otra parte, en el sentido subjetivo, y según el mencionado documento, el trabajo:
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