44 pontificia universidad católica de puerto rico De otra parte, Cárdenas de Santamaria et al. (2013) llevaron a cabo un estudio sobre las claves para el ascenso de altas ejecutivas de empresas del sector privado de 17 países de Latinoamérica. Para el estudio, los autores entrevistaron a 162 ejecutivas de empresas del sector privado que ocupaban posiciones de alta dirección y el 96% poseía estudios universitarios en áreas académicas, principalmente en ciencias económicas y administrativas o ingeniería; de estas, el 79% obtuvo título de posgrado y el 38% estudió en el extranjero. El 85% tuvo uno o más hijos y el 82% contribuía con el 50% o más al presupuesto familiar. La dedicación horaria al trabajo de las entrevistadas fue en promedio de 55 horas laboradas por semana y de cuatro días de viaje cada mes por exigencias del puesto. Con respecto a las claves de su éxito, el 90% lo atribuyó a que su liderazgo era diferente, y este tenía características como sensibilidad, emotividad, empatía, estrategias de comunicación, preocupación por los demás y trabajo en equipo. También consideraron que los aspectos relevantes de un buen liderazgo se basaban en: tener visión, orientación al logro y saber trabajar en equipo, ya que estas tres fueron las características que entendían contribuyeron a su propio ascenso (Cárdenas de Santamaria et al., 2013). Al mismo tiempo, las mujeres del estudio concibieron su ascenso laboral más como el resultado de sus características personales, de su esfuerzo, de su desempeño y de su forma de trabajar, que por factores externos como las políticas de promoción de las organizaciones. Además, consideraron que sus cualidades y la forma de trabajar les permitió llegar a la posición en la que se encontraban. Por esto, su liderazgo se determinó por el interés en el bienestar de su equipo de trabajo, con un enfoque más transformacional, que integraba la comunicación clara y directa, así como un gran nivel de compromiso y responsabilidad. Su liderazgo incluía características personales como franqueza y honestidad e incluso una mejor inteligencia emocional (Cárdenas de Santamaria et al., 2013). Por otro lado, señalaron que los desafíos a los que se enfrentaron las mujeres de la muestra fueron: lograr el balance entre trabajo y vida personal-familiar; desarrollar habilidades para alcanzar niveles superiores relacionados con la falta de cierto tipo de experiencia; y hacer valer su estilo propio de liderazgo. La dificultad mayor presentada fue la discriminación salarial, “a pesar de
RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=