¿Trabajo decente o precariedad laboral? Una aproximación a la situación de los trabajadores en Puerto Rico.

14 pontificia universidad católica de puerto rico el trabajo y los trabajadores en la biblia, las encíclicas papales y el compendio de la doctrina social de la iglesia El tema del trabajo es uno que, desde diferentes perspectivas y acepciones, es abordado en la Biblia en múltiples ocasiones. No se pretende un desarrollo exhaustivo de esta temática, sino más bien dar al lector una idea de las perspectivas sobre el trabajo que se presentan en las Sagradas Escrituras. La primera mención sobre el trabajo en la Biblia se hace en el libro de Génesis, luego del pecado original, y como preámbulo a la expulsión del Paraíso. El Señor le dijo a Adán, “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” ( Gn. 3:19). Otra referencia interesante al trabajo y a los trabajadores se encuentra en el libro de Éxodo cuando Jetro, suegro de Moisés, le recomienda a este delegar autoridad en otros miembros del pueblo de Israel para que pueda llevar a cabo adecuadamente la tarea de guiar al pueblo a la tierra prometida. Dice Jetro a Moisés: “Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo” ( Ex. 18:18). Jetro continúa recomendándole a Moisés lo siguiente: “Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez” ( Ex. 18:21). Igualmente, le indica a Moisés, “Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo” ( Ex . 18:22). En esta cita bíblica se pueden ver elementos importantes en la organización del trabajo en tiempos modernos: la división del trabajo, la delegación de autoridad y la competencia técnica, entre otros. De otra parte, en Levítico, hay una referencia al día de reposo. El Señor le comunica a Moisés una serie de directrices para el pueblo de Israel, entre ellas, establece lo siguiente: “Seis días se trabajará, más el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis” ( Lv. 23:3). Por otro lado, el salmista le ruega al Señor, “Mira mi aflicción y mi trabajo,

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