¿Trabajo decente o precariedad laboral? Una aproximación a la situación de los trabajadores en Puerto Rico.

28 pontificia universidad católica de puerto rico El trabajo, además de ser esencial para el florecimiento de la persona, es también la clave para el desarrollo social. “Trabajar con otros y para otros”, y el fruto de este hacer “es ocasión de intercambio, de relaciones, y de encuentro”. Cada día, millones de personas cooperan al desarrollo a través de sus actividades manuales o intelectuales, en grandes urbes o en zonas rurales, con tareas sofisticadas o sencillas. Todas son expresión de un amor concreto para la promoción del bien común, de un amor civil (papa Francisco, 2017). Por otro lado, el Santo Padre llama la atención al señalar: …tal como lo advirtió el papa Pablo VI, no hay que exagerar la mística del trabajo. La persona “no es solo trabajo”; hay otras necesidades humanas que necesitamos cultivar y atender, como la familia, los amigos y el descanso. Es importante, pues, recordar que cualquier tarea debe estar al servicio de la persona, y no la persona al servicio de esta, lo cual implica que debemos cuestionar las estructuras que dañan o explotan a personas, familias, sociedades o a nuestra madre tierra (papa Francisco, 2017). En un mensaje el 1 de mayo de 2018, Día Internacional de los Trabajadores y de san José obrero, el papa Francisco pidió a los cristianos que rezasen por las personas que habían perdido sus trabajos, y no conseguían uno nuevo. Destacó en su mensaje que la pérdida del trabajo es una tragedia mundial de nuestros tiempos (Radio María, 2019). Por otro lado, en su homilía del jueves 19 de mayo de 2016, en Santa Marta, el papa tuvo palabras muy fuertes al denunciar “las esclavitudes de hoy”, la cuales ve en las nuevas formas injustas de contratación que tienden a aprovecharse de la escasez de trabajo e imponen condiciones oprobiosas en amplios sectores de la población mundial. Estas nuevas formas de contratación tienden a proveer salarios bajos, trabajo a corto plazo, y la ausencia de prestaciones, tales como vacaciones, seguro médico, entre otras. El papa llama “traficantes” que aumentan sus riquezas y que son como “auténticas sanguijuelas” viviendo “de la sangre de la gente”. Puntualiza así mismo el pontífice que tales acciones son pecados mortales (papa Francisco, 2016).

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