¿Trabajo decente o precariedad laboral? Una aproximación a la situación de los trabajadores en Puerto Rico.
Prólogo Diariamente, cerca de 3,460 millones de personas salen a ganarse la vida trabajando (World Bank, 2019). Una persona promedio labora ocho horas semanales, 40 horas a la semana, cerca de 2,000 horas anuales (si se consideran dos semanas de vacaciones anuales). Asimismo, por lo general se trabaja desde una edad cercana a los 20 años hasta los 65 años aproximadamente. Una gran parte de la población mundial se levanta temprano cada día y deja a su familia para dedicarle cerca de una tercera parte de las horas del día a una actividad que le permita ganarse el sustento. Ese número de horas tiende a aumentar cuando se considera la preparación para ir a laborar, las horas utilizadas para transportarse hacia el lugar del trabajo, las tareas que en ocasiones hay que llevar para la casa, entre otros. El trabajo es y puede ser muchas cosas, una fuente de ingresos, de oportunidades de crecimiento personal, profesional y de satisfacciones. En contraste, puede ser también una fuente de estrés, de discrímenes, frustraciones e insatisfacciones. Resulta paradójico que, siendo el trabajo una actividad tan importante en la vida de los seres humanos, se dedique tan poco esfuerzo a estudiarlo, a desentrañar sus “misterios”. En la mayor parte de los currículos escolares y universitarios, este es un tema ausente o marginal. De igual forma, en muchas disciplinas académicas se da por sentado el trabajo y su importancia en las sociedades y en el mundo.
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