Violencia desde la desconexión moral

32 pontificia universidad católica de puerto rico 2) explican cómo, a pesar de conocer lo que es correcto, hay ocasiones en que se actúa incorrectamente. Al presente, no se conocen estudios en Puerto Rico que asocien la violencia con alguno de estos mecanismos de desconexión moral. Con este trasfondo investigativo y teórico, se realizaron las investigaciones que se reseñan a continuación. perspectiva generacional y de género hacia la violencia en estudiantes universitarios (2012) Ana R. Pinilla, Ph.D.; Hilda Burgos Ocasio, Ph.D. Es necesario visualizar el problema de la violencia, no como un problema social, sino como una realidad de las sociedades occidentales; ya que en estas se promueve la violencia en muchos niveles, lo que lleva al desarrollo de tolerancia de la misma (Krahe, Moller, Huesmann, Kirwill, Felber y Berguer, 2010). Esta última, es un factor altamente influyente, pues la tolerancia a las conductas violentas puede generar más conductas violentas, no inhibiendo las mismas. Estos planteamientos han llevado a cuestionar si la “huella” de la violencia queda en los adolescentes y adultos jóvenes y los deshumaniza, desensibiliza y desconecta ante la violencia real. Es por ello que se plantea la necesidad de repensar la manera en que se lleve el mensaje sobre lo que es o no es violento. Llegar a las diferentes audiencias requiere llevar el mensaje de acuerdo con cómo estos lo entiendan. Así también, para poder conocer cómo lo asimilan, es necesario entender cómo perciben lo que es violencia, y de acuerdo con esta, cuáles son las actitudes y la tolerancia a la misma. En términos generales, la literatura reseñada sugiere que existen generaciones que son más tolerantes hacia la violencia. Las generaciones más jóvenes son las que presentan, enfrentan y toleran la violencia con mayor frecuencia (Howe y Straus, 2000; Bosco, 2004; Paredes y Paravic, 2006). En adición, los varones presentan mayores tendencias hacia la aceptación y uso de la violencia (Posada y Parales, 2012). Es por ello que las investigadoras consideran que la violencia debe ser evaluada e intervenida enmarcando estos análisis en las tendencias sociales y morales que dicta la generación en que se nace, así como en aquellas variables ya asociadas al fenómeno. Por tal razón, el objetivo del presente