Violencia desde la desconexión moral

68 pontificia universidad católica de puerto rico El trabajo tuvo como propósito conocer si la actitud hacia la muerte se relaciona con la tolerancia a la violencia. El investigador enfocó el tema de la actitud hacia la muerte como la consecuencia de establecer tolerancia hacia la violencia entendiendo que las generaciones más jóvenes experimentan una exposición más directa y continua. Por ello, identificó dos categorías para establecer la edad de la muestra: adultos emergentes y adultos jóvenes. El investigador integró la definición de Arnett (2000) para establecer que el adulto emergente se encuentra en la “etapa de vida que comprende las edades entre los 18 a 25 años donde el individuo no es adolescente ni es adulto joven que se distingue por la relativa independencia de roles sociales y de las expectativas normativas”. (p. 469). Por ello, concretó las edades de 21 a 25 años para agruparlos. Por otro lado, adoptó la definición de Núñez Redonet (2000) que establece que el adulto joven coincide en la “etapa entre los 18 a 35 años donde el individuo alcanza la madurez física y sus sistemas corporales funciona en un óptimo nivel, adquiere una filosofía de vida acorde con los cambios sexuales, las transformaciones físicas y el momento social en el cual se desarrolla” (p. 4). Como adultos jóvenes fueron clasificados los participantes entre los 26 a 35 años. Su marco teórico estuvo compuesto por la Teoría de la Reconstrucción de Significados de Robert A. Neimeyer (2002) y la Teoría de la Desconexión Moral de Albert Bandura (1996). La primera teoría explica que los seres humanos desarrollan aquellos significados del mundo, en este caso de la muerte, para poder manejar los mismos de forma efectiva. La falta de significados provoca el desarrollo de un concepto negativo (patológico) de la muerte. Según la teoría, evitación, asimilación y acomodación, son mecanismos comunes cuando el significado que se le da a la muerte es uno distorsionado. Por otra parte, la Teoría de la Desconexión Moral de Albert Bandura, según el investigador, presenta que los pensamientos y juicios son utilizados para justificar la conducta que se separa de lo que la sociedad establece como correctos. Es por ello que, mediante la exposición directa e indirecta a la violencia, el individuo puede internalizar de manera cognitiva la violencia como algo positivo (necesario) y como resultado tolerar la misma. Integrando ambas teorías, el investigador argumenta que la muerte tomará el significado que el individuo que la enfrente le otorgue en el momento histórico en que ocurra la experiencia, especialmente si la violencia es un elemente presente y constante.

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