Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

36 actas del primer congreso católicos y vida pública de Ignacio de Loyola, como garantía de posibilidad de un futuro educativo eficaz. Termino sin terminar porque deseo que reflexionemos juntos y lo hago preguntando: Educación y futuro ¿qué resonancias?, ¿qué proyectos?, ¿qué compromisos? ¿qué sugerencias? La educación del cristiano hoy debe ser, debe plantearse, como utopía entusiasmadora ¿Qué quiero llegar a ser? ¿qué quiero llegar a ser con “los otros”, los estudiantes, las personas que nos rodean? ¿Qué queremos que lleguen a ser? como Ética comprometida y como potencial transformador. Tres dimensiones (podrían ser más) como anticipaciones del futuro. “El cristiano debe ser el hombre o la mujer de la santidad, de la fe, de la esperanza, de la alegría, de la palabra, del silencio, del dolor. Pero debe, sobre todo, ser bueno” Con estas palabras, Pedro Arrupe S.J., animaba a seguir. Que nuestro presente no sea una ocasión perdida y nuestro compromiso sea transformar el futuro en presente. Mirar al futuro caminando hacia el futuro es el gran desafío de la educación del siglo XXI.

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