Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

35 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza Reflexionar sobre estas cuestiones facilita acercar lo que creemos y lo que vivimos. Cuestiones con las que nos encontramos cada día, y aspectos de nuestra fe que nos ayudan a interpretar el mundo en que nos movemos. La fe da sentido. La experiencia de la fe cristiana, en gran medida, consiste en una experiencia de encuentro y no olvidemos que la educación supone encuentro. V. Reflexión final Algunas reflexiones para terminar. En las páginas anteriores se descubren fácilmente tendencias fuertes que orientan hacia un horizonte de sentido que atraiga, que impulse nuestros pasos hacia metas altas, porque el mundo que es complejo, difícil de comprender, lleno de contrastes, y contradicciones, ofrece también oportunidades. Es preciso buscar convergencias y sinergias, elaborar proyectos que, adecuadamente contextualizados, abiertos y flexibles den respuesta a las interrogantes de la nueva época que vivimos. Conviene incorporar al proceso, proceso educativo y proceso social, la formación de profesores, formación en un liderazgo entendiendo como servicio, un liderazgo de entrega y afecto y algo más, generalmente olvidado y a la vez necesario, que es la educación de la interioridad. Soy consciente de que propongo un ideal ambicioso pero defendible. He recordado la gran utopía de la historia, la utopía realizable de Jesús de Nazaret, utopía necesaria que da sentido y convierte a la educación en la gran experiencia de sentido en el mundo actual Es preciso redescubrir la vocación cristiana como encarnación en medio de este mundo, buscar la expresión de una fe y una espiritualidad capaces de integrar todas las dimensiones de la persona: educación integral e integradora. Repito la cita inicial “adaptación a tiempos lugares y personas”

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