Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

50 actas del primer congreso católicos y vida pública que ser una fe “elocuente”. Esto mismo se deriva del reto que le plantea el escenario moderno de los medios de comunicación, que no sólo frena su acción con la fuga de la realidad que fomenta sino también con la “espiral del silencio”, en la que sumerge a sus receptores. Tampoco el “aislamiento electrónico” y a la mudez que generan los medios de comunicación modernos puede oponerse la fe más que demostrando su disposición al diálogo y su testimonio”. (Biser, 1994, p. 506) Yno esmenor la perspectiva que otro teólogo fundamental, ahora de nuestro ámbito hispano, Lluís Oviedo Torró, nos presenta en su espléndida obra La fe cristiana ante los nuevos desafíos sociales: tensiones y respuestas , en la que leemos, en su último capítulo dedicado a los medios de comunicación: En todo caso parece importante añadir a la lista de las cinco “esferas weberianas” en la que se registra una fricción entre las “religiones de fraternidad” y las sociedades evolucionadas, esta especie de “corolario” que constituye la esfera de los medios de comunicación social; es decir, es necesario asumir, al menos a nivel de hipótesis, que la estructura y funcionamiento de los media supone también un elemento de crisis añadido en la configuración del cristianismo en el seno de las estructuras sociales modernas, de forma similar a lo ocurrido en relación con la economía o con la ciencia contemporáneas. (Ovideo Torró, 2002, p. 87) Todo análisis de la cultura debe tener presente, como nos ha recordado Leslie White, la doble perspectiva descriptiva y normativa; la cultura que denomina un ámbito de la realidad humana, un ámbito que no procede de la naturaleza, que no se da por nacimiento; y a la vez, la que marca una gradación axiológica en lo humano. Esta doble realidad determina la tensión en el estudio de las ciencias sociales, también presente

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