Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

71 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza II. La libertad “Por no haberte reservado a tu hijo, te bendeciré”. (Génesis 22, 15-18). El segundo valor en el que la familia debe educar a los hijos es el de la libertad. Libertad que caracteriza las relaciones familiares de nuestro siglo, en determinadas culturas, libertad que debe ser adecuadamente entendida como pauta educativa. Efectivamente; la libertad ha marcado un importantísimo cambio en las formas de crear las familias occidentales ya desde finales del XVIII: la elección de pareja por los propios contrayentes, y no por los padres y el hecho de que la elección se funde en el amor y la compenetración personal en lugar de basarse en conveniencias económicas o sociales de sus familias es una conquista indudable. Si esta fue una transformación notabilísima en el siglo XIX, durante el XX el matrimonio o la pareja, ha pasado a ser una opción que los hombres y las mujeres toman para ser más felices y no por una necesidad de supervivencia personal, de protección o de estabilidad. El hombre ya no necesita casarse para asegurar el cuidado del hogar, y para la mujer de hoy vivir en pareja no es la única posibilidad de tener independencia económica. Los hombres y mujeres ya no se casan por necesidad sino para ser más felices: el matrimonio es más libre y eso es bueno. Por otra parte, los hijos son hoy, en general, fruto de una decisión libre de los padres son hoy en general deseados y buscados y no fruto del azar o del destino. La paternidad responsable, en lamejor acepción del término, es una conquista indudablemente positiva. La libertad, en la construcción de la familia, ha sido un avance importante en las relaciones familiares, y es una clave esencial en la educación familiar, la educación de los hijos en el valor de la libertad que debe comenzar por una vivencia de ser padre, de la parentalidad, libre y desprendida. No todo el mundo es padre así; hay quien

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