Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

81 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza la escuela, por más que confiemos en su labor. Ahora bien, decir que somos los protagonistas no quiere decir que tengamos la exclusiva. Esta consideraciónes oportuna traerla aquí a colación, porque nos mete en lo que quiere ser la dinámica de la educación que pretendemos proponer. Una de las tareas más positivas de este objetivo de enseñar a mirar , es la de saber transmitir una determinada orientación de la mirada para que aprendan a fijarse . Aprender a fijarse es aprender a descubrir rasgos, actitudes, preferencias, valores que, de lo contrario, pasarían desapercibidos. Es la base para cumplir con el objetivo de que sólo se aprende a valorar, valorando . Los padres tenemos que estar atentos a la edad de nuestros hijos. Así se podrá comprender que dependiendo de la altura vital que tengan nuestros hijos, la orientación de la mirada y la tarea de descubrir es cada vez más una labor de conjunto; no simétrica, pero sí de conjunto. Todo ese mundo de creencias en el que estaban situados nuestros hijos, comienza a vertebrarse y tomar cuerpo con una serie de rasgos que nos sacan del anonimato, porque ambos queremos llegar a ser personas de bien. Aprender a ver ocuparía el rasgo complementario de una educación en familia. Solo que aquí, los protagonistas son nuestros hijos. Pero también hay que añadir que ser protagonista no equivale a tener la exclusiva. Entendámonos; no se trata de que nuestro hijo vea a través de nuestros ojos. Lo que queremos señalar es la posibilidad que tenemos los padres de acompañar todo ese camino que supone llegar a ver por uno mismo. Por eso no podemos confundir enseñar a mirar con aprender a ver . La primera parte es –¡ojalá lo fuera!– una tarea conjunta de hijos y padres; la segunda es un asunto personal, de cada uno de nosotros, de cada uno de nuestros hijos.

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