Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

86 actas del primer congreso católicos y vida pública No se olvide que tanto la educación como la familia tienen una veta social ineludible y conforman dos de los pilares básicos de la sociedad y del ordenamiento social. Desde la perspectiva de la filosofía moral se trata de promover una educación en valores por parte de la familia, que desde una determinada opción y visión de la vida se arriesga a compartir con otras tradiciones religiosas y no religiosas, una serie de valores en virtud de su efectividad para construir hombres y mujeres comprometidos consigo mismos y con la realidad en la que viven; unas personas que merecen ser los habitantes de esa nueva sociedad siempre por estrenar. 1. La educación en valores ‘al interior’ de la familia: valores para compartir No será por falta de valores por lo que resulta difícil la educación familiar. Lo que sobran son valores. Hay valores por todos sitios y, además, avalados por unmontón de razones que les hacen poco menos que incuestionables. Todos tenemos la experiencia de la cantidad de tiempo, paciencia y razones que nos lleva construir una preferencia que trate de presentar a nuestros hijos, por ejemplo, que uno no es menos que otro porque no lleve puesto una determinada prenda de una marca; o porque no se calce con una determinada marca de zapatillas deportivas. Y, al revés, el esfuerzo que hay que hacer para que, a pesar de llevar dicha marca, no se considere más que los demás. Esto también nos pasa a nosotros, aunque lo disimulemos mejor. Por eso una de las líneas rojas que tiene que respetar toda educación en valores es el sometimiento al contraste de las razones de la valía de un valor, como garantía de su verdad y de su fecundidad futura. Educar en la verdad y en la esperanza son las líneas de fuerza de una educación

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