Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

91 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza compromiso con los demás miembros de la familia. Y, a través de ellos, con los demás en círculos cada vez más amplios. La peculiar tensión que se establece en la educación en familia entre lo particular –que no privado– y lo universal –que no es lo mismo que de nadie– posibilita la formación de personas abiertas, sin por ello perder interioridad. Aquí, el diálogo como valor moral y el dar e intercambiar razones de lo que perseguimos y de lo que somos hacen de la familia un referente privilegiado de una real comunidad de comunicación que se convierte en el espacio requerido para la formación entre padres e hijos. Es importante considerar, a la hora del intercambio de razones o cuando se interviene para corregir, no aplastar con las razones a nuestros hijos o no permitir ninguna alternativa. Tener una actitud dialógica, como valor educativo, es dejar siempre una puerta abierta; dejar una posible salida para las razones que nos dan nuestros hijos y una posible pauta de conducta como alternativa que tiene que ser abanderada por ellos. Lo contrario puede generar o rechazo o comportamientos desviantes. En ambos casos, ruptura de la comunicación y paso a comportamientos ‘particulares’ como alternativa de supervivencia del propio yo, o de la propia identidad sin contrastar. La tensión comunicativa que supone el hecho de ‘tener que dar razones’ abre a la posibilidad de superar el conflicto de las interpretaciones en aras de una apertura a los otros y de un compromiso con ellos. e. El valor de la utopía y de la creatividad Finalmente, utopía y creatividad son otros dos referentes que tiene que cultivar el ‘espacio moral

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