Razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común

Presentación en panel sobre Solidaridad Marisara Pont Marchese Quiero confesar que no sé por qué decidí participar hoy. El tema, un poco me asustaba y por otro lado me faltaba el tiempo y la serenidad para prepararme bien. Creo que decidí venir inspirada por la energía que a todos nos trasmite el Papa Francisco. Ese hombre que, en menos de un año, y comunicando con palabras sencillas, verdades profundas nos ha llenado el corazón de esperanza y ha revolucionado las posibilidades de la Iglesia del futuro. (Durante las Navidades mientras visitaba Madrid caí en una Librería Paulina y observé con gusto cómo se vendían como pan caliente su exhortación apostólica “La alegría del Evangelio” y su encíclica “La luz de la fe”. solidaridad: deber o bendición: ese es el tema que nos trae hoy aquí. Yo quisiera abordarlo 1 ro desde la perspectiva de mis vivencias como profesional de las comunicaciones por casi 40 años que observa y asesora a organizaciones y a empresas sobre nuestra realidades sociales y 2 do También como persona de fe-criada en un hogar católico en un Puerto Rico que era más solidario que el de hoy y donde el ejemplo siempre fue más elocuente que la prédica. Una persona que, todavía, a mi tierna edad, intenta a diario y (no siempre con éxito) superar sus defectos y debilidades y ser mejor persona. Si yo fuera a identificar la raíz de la mayoría de nuestros problemas como sociedad, me atrevería a decir: es que hemos dejado de ser solidarios. Hemos sustituido la solidaridad; o la empatía y la compasión con los que piensan distinto con los más débiles y/o más pobres, o más ignorantes

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