Razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común

44 actas del segundo congreso católicos y vida pública “por un PR mejor” nos sirve como un recordatorio que quizás “alguito” estamos haciendo bien. Tercero. Por último, quisiera dedicarle unos minutos al rol y/o al ejemplo que recibimos del liderato del país . No me refiero solo al liderato político (que muchos piensan está desprestigiado y en el que han perdido confianza) y que son el blanco diario y sustento de los medios, sino al liderato empresarial; académico; sindical; al mismo religioso. Como poco, hay mucho margen para mejorar. Escaso modelaje de desprendimiento y solidaridad. Grandes brechas que superar entre lo que se predica y lo que se practica. Citando al Papa esta misma semana: “Yo desconfió en las limosnas que no duelen”. ¿Y una vez descritos los síntomas, dónde está el remedio? ¿Cómo cambiamos el escenario? Ese es nuestro gran reto. Y nuestra granoportunidad. Para todos aquellos que debemos ser sal de la tierra. Sin aspavientos y sin protagonismos. En la cotidianidad de nuestros trabajos y en la sencillez de nuestras acciones y relaciones. En la brega diaria de nuestras vidas y con aquellos que el Señor nos ha encomendado. Es la obligación de cada cristiano en esta bendita tierra nuestra: luchar todos los días en todo lo que hagamos, para que con nuestro ejemplo logremos que la solidaridad nunca sea un deber y siempre sea una bendición.

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