Razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común

73 razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común Dos niñas que no hablaban español, rotas, totalmente rotas, heridas profundamente y maltratadas. Comenzamos con todos los bríos a defender las niñas, llevarlas al médico, con toda la patología. Aquello fue terrible. Finalmente pudimos dar con los dos salvajes. Descubrimos que los dos guardianes del monumento fueron las bestias que acabaron con el alma de estas dos niñas. Dos abogados del Estado defendieron a estas dos personas Nosotros seguimos en la lucha. Hace una semana, después de asistir a más de 20 audiencias, las dos bestias quedaron presas por 30 años. Entonces en el servicio hay que perseverar. Lastimosamente, la niña más pequeña contrajo SIDA. Dios nos da la capacidad para seguir trabajando con los niños que no están en el sistema escolar, con los que no tienen derecho a un nombre. ¿Ustedes saben lo que está pasando ahora en República Dominicana y Haití? Una sentencia dispone que, las personas que se establecieron en República Dominicana desde el 1929, aunque tuvieran su documentación no era válida en el país. Por esta situación, a los niños y niñas dominicanas nos resulta muy difícil garantizarles el derecho a un nombre. Porque es un problema intergeneracional. El niño necesita que lo declare el papá, pero el papá, e incluso sus abuelos, no tiene Acta de Nacimiento. Es muy difícil. Trabajamos, también, con esos niños que descargan camiones en los mercados en horas de la madrugada. Trabajamos con los niños buzos que pasan sus vidas en los vertederos buscando en la basura para comer. Esto se da la vista de todo el mundo. Los que son víctima de trata y tráfico. Hay varias redes enquistadas en República Dominicana. Ahora mismo, tenemos sometido una red, muy bien establecida, en el país que les ha quitado la esperanza a 129 niñas explotadas sexualmente. Vamos por el mismo camino, tenemos ya tres años con las audiencias y ahora las mandaron para dentro de seis meses. Tenemos que perseverar en estos seis meses. Las niñas traficadas, los proxenetas, los que se mutilan los dedos en los talleres de mecánica, los niños que trabajan en agricultura con los pesticidas. Y qué hablar de los niños que están en los bateyes en las cañas de azúcar. Trabajamos, desde Acción Callejera y desde esta humilde tribuna, acompañamos a estas poblaciones demúltiples carencias y grandes necesidades. No sé si a esto se le pueda llamar apoderamiento de la ciudadanía pero debo confesar que me inicié por la voluntad de Dios y sin proponérmelo. Solo abrí mi corazón y dije sí. Les cuento que

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