Razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común

95 razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común poder comprar cosas. ¿Y un cheque más grande? Para comprar más cosas. 5. Colorario Quisiera, obviando presentar referencia alguna sobre la complejizada definición de fiel laico, recordar algunas ideas sobre la misión temporal del cristiano. Para Maritain, la misión temporal del cristiano, en la transformación del régimen social, nace de una necesaria integración del orden económico y social en el orden ético. Como afirmaba Péguy, “la revolución social será moral o no existirá”. Si el sentido moral de la ciudadanía está, para quien es cristiano y para quien no lo es, constantemente problematizado al considerar que el campo de la política es consecuencia de una neutralidad procedimental que tiene un carácter pre-ético, nos encontramos con un área libre en cuestiones fundamentales. La acción del cristiano debe, en primer lugar, desarrollarse en ese campo libre previo de desproblematización de la identidad de lo humano en la sociedad, ofreciendo una nueva cultura como forma política o de política. No olvidemos que en la política, la ética se hace imperativa. ¿Será acaso la primera “acción” del cristiano ante lo social y lo social conflictivo el desarrollo de un orden de ideas, como diría Maritain? Una nueva cultura que, permítanme la digresión, se configura ineludiblemente en el ámbito de la comunicación y en el de la información. Esta tarea se hará cuando el cristiano adquiera una nueva conciencia de lo social, más necesaria que nunca en la medida en que contribuye a superar la dialéctica entre vida pública y vida privada. No podemos olvidar la reducción al ámbito privado al que ha sido sometido el cristianismo por cierto tipo de secularización. La fe se ha entendido como componente arracional de la existencia individual, como una decisión espiritual sin relación con la verdad del mundo. Como señala Guardini, “el acto religioso se realiza al margen de la vida, e incluso obstaculiza la vida”. También existe otra actitud que reduce el cristianismo al ámbito de lo privado, y que se da en los sistemas en que la opción de reducción no es la confrontación:

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