Familia: Identidad, Retos y Esperanza

21 familia: identidad, retos y esperanza un delito de lesa humanidad si pretenden legislar para quienes no pertenecen a “ellas”. Añade además que los medios morales de producción son también medios emocionales de producción. La fe sobrenatural apelan a la pasión, generan emoción y obnubila el análisis racional. Confunden sus dogmas con principios aplicables a todos, y estigmatizan como infieles a quienes no participan de ellos”. Jorge Úbeda, un joven filósofo, de la escuela de Madrid, acaba de publicar un precioso libro titulado “La infancia y el filósofo. Ensayo y salida de la perplejidad presente”. Comienza así: “Si hubiera que reducir el estado actual de la vida individual en nuestra sociedad a una sola emoción, sin ninguna duda la perplejidad sería la principal candidata. El hombre de hoy está perplejo, confuso y poseído de tal manera por el presente vivo que eso mismo le deja desorientado. El hombre sincero, aquel que en el secreto de su alma no se engaña, no desea vivir en la perplejidad. Antes bien, quiere liberarse de ella y salir del presente en el que está encerrado”. Añade un poco más adelante: “La perplejidad es una emoción que suele dar noticia de que hemos entrado en una situación de crisis. Si queremos captar la peculiaridad de la perplejidad presente basta con que atendamos a tres crisis de carácter intelectual que han ocurrido en el siglo XX y que han traspasado las fronteras de lo intelectual para instalarse como interpretación cotidiana en nuestro mundo. Las tres crisis a las que me refiero son: la crisis de los fundamentos de las ciencias formales y naturales, la crisis del sujeto moderno y la crisis de las instituciones políticas fundadas en el discurso ilustrado” (p. 15). 2. de la modernidad a la postmodernidad: lo que no debemos olvidar Quien busque aquí una nueva caza de brujas, o heterodoxias en búsqueda y captura se equivoca. La caridad entendida desde la verdad del amor es el cambio más fundamental en la concepción de la pastoral de la Iglesia. Sabemos que el hombre es el primer camino que la Iglesia y que “entre los numerosos caminos, la familia es el primero y el más importante”. El cristianismo enseña que todo amor humano nace del don previo de un amor más grande que promete plenitud. Como diría San Ignacio de Antioquía, el cristianismo no es

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