Actas del III Congreso Internacional de Mística

22 actas del ii congreso internacional de literatura mística el registro de los sentidos y nuestro discurrir racional. Pero no hay nada que temer, pues iremos de la mano de san Juan de la Cruz. El príncipe de los místicos sabe bien que su encuentro fruitivo con el Dios infinito excede el lenguaje. De ahí, la extrema cautela con la que advierte a sus lectores contra la osadía de imaginar a Dios, “que no cabe en la imaginación” (Ll 3, 52)”1: “...los que imaginan a Dios debajo de algunas figuras [...], como un gran fuego o resplandor, u otras cualesquiera formas [palacios de perlas y montes de oro], y piensan que algo de aquello será semejante a Él, harto lejos van de él” (Subida 2, cap. 12, 4 y 5). La experiencia mística, en efecto, no va envuelta ni en palabras ni en imágenes, porque en ese estado alterado de conciencia la razón ha quedado superada y los sentidos trascendidos. Sigue explicando el santo: en este estado de unión [de] que vamos hablando, no se comunica Dios al alma mediante ningún disfraz de visión imaginaria [...] o figura [...]; sino que [lo hace] boca a boca, esto es, esencia pura y desnuda del alma... Se trata, pues, de una “comunicación o atestiguación directa” de Dios, imposible de encerrar ni en imágenes ni en un puñado de signos verbales desvalidos. San Juan insiste en la dificultad comunicativa que conlleva el éxtasis: es como “Si a uno que nació ciego, el cual nunca vio color alguno, le estuviesen diciendo cómo es el color blanco o amarillo, aunque más le dijesen, no entendería más [...], porque nunca vio los tales colores ni sus semejanzas…” (S II, 3; 178). Con todo, el Reformador logra sugerirnos —ya que no explicarnos— algo sobre los extremos de su vivencia abisal. Y una de sus más altas lecciones es que el éxtasis se le revela como una vivencia dinámica —infinitamente dinámica— pues se trata de la transformación misma del alma en el seno inimaginable de Dios. En este instante en cúspide sin nombre ni imagen posible el alma queda “endiosada” o “deificada” “por participación”, por usar las palabras del santo, y pasa a experimentar el conocimiento de Dios como un proceso inacabable de Amor, mientras va asumiendo la revelación de las noticias sobrenaturales que la Esencia divina despliega en el hondón 1 Cito los textos de san Juan de la Cruz por mi edición de su Obra completa, en colaboración con Eulogio Pacho, ocd, en Alianza Editorial de Madrid (1991/2015).

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