Actas del III Congreso Internacional de Mística

52 actas del ii congreso internacional de literatura mística Abraham por su descendencia (Gn 15, 2-3). Abraham parece tener a su avanzada edad una muy humana y legítima inquietud por no tener un hijo. Es dentro de este contexto que el relato indica que, durante la noche (cf. Gn 15, 12.17) y en medio de un ritual religioso, Abraham tiene una profunda experiencia de la trascendencia: “en medio de densas tinieblas, un horno humeante y una antorcha de fuego” pasó entre unos animales que había preparado como sacrificio (Gn 15, 17). La narración no precisa el lugar donde ocurre este episodio, sino que solo se ha indicado anteriormente que Abraham vivía en Mambré, en la tierra de Canaán, aunque es de suponerse que, como pastor al fin, ocurriese al descampado. Las palabras que le son dirigidas y el diálogo que forma parte de la escena están enmarcados por la observación de que Abraham experimentó esto en una “visión” (Gn 15, 1). Las circunstancias históricas y los hechos particulares en los que dicho fenómeno tuvo lugar están irremediablemente fuera de nuestro alcance. Se sabe que los sacrificios de animales formaban parte de ritos religiosos y eran patrimonio común del antiguo Oriente Medio. Los datos fundamentales de la narración apuntan a que Abraham experimentó un evento extraordinario que lo conmovió profundamente, o como indica el propio relato “le invadió un gran sobresalto” (Gn 15, 12; un texto añade aquí: “una gran oscuridad”, que algunos conjeturan fue para explicar el término raro “tinieblas” en el v.17). Las demás alocuciones de Dios con Abraham (e.g., la otorgación de la tierra, la esclavitud en Egipto, etc.) deben ser consideradas como vaticinia ex eventu. Por otra parte, la tradición sacerdotal de lo que parece ser un evento similar es narrada después del episodio del nacimiento de Ismael (Gn 16). El contenido del diálogo es parecido a la tradición yahvista (la preocupación por un linaje, la promesa de una descendencia numerosa, la promesa de una tierra y el establecimiento de una alianza). Sin embargo, difieren en este relato el nombre de la divinidad (Él Šadday), los cambios de nombres a Abram y a Sara, la imposición de la circuncisión y la mención de Ismael. Esta narración, más escueta en detalles, alude casi de manera casual a que YHWH se apareció a Abraham (Gn 17, 1) quien inmediatamente cae “rostro en tierra” (Gn 17, 3) una expresión técnica para indicar que el personaje bíblico está profundamente conmovido. En estos breves detalles, se puede vislumbrar un reflejo de la conciencia que Abraham ha tenido en el

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