Actas del III Congreso Internacional de Mística

54 actas del ii congreso internacional de literatura mística han vinculado el hostigamiento y la opresión de los israelitas, narrados por el Éxodo, a la dinastía de Ramsés II (1290-1224 a.C.) y a la edificación de las ciudades de Ramsés y Pitom, hoy en día identificadas como Cantir y Tanis. Con respecto al episodio de Moisés, al igual que en el caso de Abraham, el evento místico está centrado en una experiencia visual y auditiva. Utilizando un familiar, pero complejo lenguaje bíblico, se indica cómo a Moisés se le aparece el ángel de YHWH en una llama de fuego en medio de una zarza que ardía, pero no se consumía (Ex 3, 2). Durante el episodio, una voz que sale de la zarza se dirige a Moisés y este se cubre el rostro porque temía ver a Dios. Se sucede luego todo un diálogo que recoge de manera retrospectiva otros datos de la tradición. En este relato en particular, y a diferencia de Abraham que siempre ejecuta lo mandado por Dios, es de notar que la reacción de Moisés será, según se desprende de datos posteriores, perplejidad, confusión y temor. Moisés objeta y resiste de varias formas las consecuencias de su encuentro con la divinidad, aunque no pueda negar la legitimidad del evento. Como consecuencia de esta experiencia, Moisés se siente interpelado a asumir una misión: retornar a Egipto, de donde había huido como fugitivo tras haber asesinado a un guardia egipcio, para erigirse como caudillo de su pueblo. Como en el caso de Abraham, este episodio está en el origen y pone en marcha las narraciones que dan paso a los eventos que constituyen la historia de liberación de un pueblo. Cabe mencionar que aquí aparece, como en otros casos de la Biblia hebrea, un protagonista de renombre, pero con un pasado comprometido (Moisés había asesinado a un egipcio y era aparentemente pendenciero) que pasa a ser objeto de un favor divino. Ya Abraham exhibía características similares, pues había incitado a Sara a mentir y a cometer adulterio (Gn 12, 10-20) para salvar su propia vida. d. la conciencia de isaías El libro del profeta Isaías comienza enmarcando los oráculos de los primeros cinco capítulos refiriéndose de manera algo ambigua a una “visión” (1, 1). A partir del primer versículo, las profecías se suceden casi ininterrumpidamente hasta el capítulo sexto, donde el narrador comienza por primera vez a describir el contenido, presuntamente, de aquella visión inicial (i.e. 1, 1) (Darder 45-113). Allí se relata que en el

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