Yo soy cristiano: Identidad, misíon y testimonio ¿Quién soy? ¿Por qué lo soy? ¿Cómo lo vivo?

38 actas del quinto congreso católicos y vida pública de tu querer, la futura integridad del hombre”. Tenemos un deber de humanismo que consiste en que siga existiendo lo humano como humano. Cuando A. Huxley en Un mundo feliz consideró que, en el siglo V o VI d. F. (después de Ford), no faltaba mucho tiempo para poder alcanzar “una sociedad totalmente organizada, el sistema científico de castas, la abolición del libre arbitrio por el condicionamiento metódico, la sumisión hecha aceptable gracias a un bienestar inducido químicamente, con dosis regulares”, estaba apuntando, no a una ficción distópica, sino a las consecuencias de un biopoder ya presente. La ruta del humanismo se ha complicado por las nuevas relaciones entre biología, tecnología y poder. Lo bioético y biopolítico se han unido para proponer un nuevo marco, un nuevo modelo. Persona, naturaleza humana, dignidad, política, cuerpo, son conceptos que cambian de escenario. Pongamos como ejemplo el caso de la concepción biopolítica de M. Foucault para quien el sueño antropológico ha silenciado el concepto de persona. Todo es analítica del ser humano. Su eliminación del concepto de persona lo ha llevado a la desaparición del hombre, y de la diferencia entre hombre y mujer. De hecho, afirma: “Actualmente solo se puede pensar en el vacío del hombre desaparecido”. No olvidemos los rasgos contemporáneos de deshumanización y los factores de resistencia al concepto de persona, tanto en el pensamiento como en la política contemporánea. Ya lo dijo Michel de Foucault, el sexo, masculino o femenino, lejos de ser un dato originario es una “producción discursiva” en función de una “relación de poder”. La nebulosa ideológica, conceptual y semántica del “género” ocupa un espacio no desdeñable en el debate público. Son muchas las preguntas que surgen ante este fenómeno ya algo más que sociocultural, también político y jurídico. ¿De qué hablamos cuando hablamos de gender , de “género”? ¿Es lo mismo la ideología de género que la perspectiva de género? Escribía un teólogo contemporáneo no hace mucho: “La aproximación a la cuestión del gender resulta inmediatamente confusa a partir del mismo momento que la evoca”. Nos encontramos, por tanto, ante un trabajo muy claro en su exposición y en su propuesta, que, con una estructura

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