Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

34 En este estado, y a consecuencia de un auto anterior, de 7 de junio de 1841, dispuse valorar de nuevo los citados terrenos, lo que tuvo efecto a mi presencia en 13 y 14 de agosto último, subiendo esta nueva tasación a 33.057 pesos que, aunque de efectivo valor hay muchas razones para dudar de que obtenga jamás este valor en moneda corriente, ni de contado: primero , por la pobreza general y falta de circulación metálica en la Isla; segundo , por la inseguridad y desconfianza que la opinión prestan estas ventas; tercero por el mucho importe de capital y de brazos que necesariamente requieren para ponerlas en cultivo; cuarto , porque estando más bajas que el nivel del río que las baña, están cubiertas de ciénagas y pantanos que aquí llaman poyares . Habiéndome enterado al mismo tiempo que todos los propietarios de aquel distrito tenían concebida la idea de un canal de conducción de sus frutos, evitando la constante dilación y el mucho peligro que les ofrecía la barra del río, y enterado por el agrimensor don Carlos Wocagrún de que este canal debía atravesar los citados terrenos y que me propusieron de reunir a todos, y, en efecto, todos los propietarios convinieron en emprender la obra por medio de Compañía anónima , calculada en 6.000 pesos, con proporción a los capitales de sus terrenos, y apoyé la propuesta, asociando la hacienda titulada de los frailes triplemente aventajada por la conducción de los frutos, el desagüe de los terrenos y la mayor facilidad de su venta. En este estado doy la debida cuenta a S.M. por medio de V.E., acompañando un extracto del expediente, para su mayor conocimiento. Dios guarde a V.E. muchos años. Puerto Rico, 30 de septiembre de 1844» 43 La finca de Loíza, en la desembocadura del río, era la mejor del convento, pero no la única. La sacaron a subasta una y otra vez, y, como si algún duende le echase el maleficio, no se llegaba al remate efectivo. 44 La lectura del testimonio del intendente, fidedigna y clarificadora, basta para ver claramente lo mal que se hizo, después del robo, la venta. No voy a insistir, poniendo sobre el tapetemás pruebas. Es preferible echar unamirada retrospectiva y global, con permiso del auditorio, a lo acontecido; y bosquejar un juicio sumario, objetivo y crítico, de todo el tinglado desamortizador. A mi leal parecer, la madre del cordero o el germen del turbulento itinerario de la desamortización y de la exclaustración , el núcleo fatídico de los desmanes políticos, económicos, sociales y religiosos, hay que endosárselo a la Constitución de 1812. Se está aproximando ya el segundo centenario de su gestación y de su parto, y también de la achacosa vigencia. Es previsible que se conmemore a bombo y platillo. Me permito subrayar que en algunos libros de historia se justifica y apologiza la faena de Mendizábal. Concretamente, el historiador M. Artola ha 43 Carta intendente José Díaz al ministro de Hacienda, Puerto Rico, 30 de septiembre de 1844: AGI, Ultramar , 2043, exp. 30. 44 J. de Salazar, “Concordato de 1851”: DHEE I, p. 583 Rvdo. P. Maestro Dr. Álvaro Huerga Teruelo, O.P.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=