Creer y actuar para renacer

34 actas del sexto congreso católicos y vida pública Quedémonos en ese texto y descubramos qué nos dice para este presente histórico de reconstrucción de Puerto Rico. El capítulo cuarto de la exhortación, “La dimension social de la evangelizacion”, prolonga la reflexión que Pablo VI iniciara en Evangelii nuntiandi (nn. 29-39) y en Populorum progressio , estableciendo un nexo entre el anuncio evangelizador y el compromiso social. Este documento, pensado para las situaciones de los países del tercer mundo, que vio la luz en 1967, no paso desapercibido en Latinoamerica; su lema, el desarrollo es el nuevo nombre de la paz , calo hondo en Medellin (1968) e impulso una reflexión teológica que acogía el mensaje del Vaticano II desde la opción por los pobres. En aquella recepción creativa la Iglesia latinoamericana quiso tener el rostro de una Iglesia auténticamente pobre, misionera y pascual, desligada de todo poder temporal y audazmente comprometida con la liberación de todo el hombre y de todos los hombres. Si el Concilio pidió “ir al mundo”, Medellin daba un paso más radical: “ir a los pobres”. Por ello, intento impulsar “una nueva evangelización y una nueva catequesis”, una conversión de las personas y una transformación de las estructuras. Esta concreción del Concilio venía exigida por la doble realidad de un continente mayoritariamente pobre y cristiano. En esta misma línea se situó el documento de Puebla (1979), “La evangelización en el presente y en el futuro de America Latina”. En su sección final afirma la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral. La opción preferencial por los pobres es una opción a favor de la justicia, que surge del amor gratuito de Dios hacia sus hijos más pequeños. Al hilo de estos presupuestos, Francisco desarrolla dos temas específicos: la inclusión social de los pobres y el diálogo por la paz social. El primero –del que ahora nos ocupamos– arranca de esta consideración: “De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad” (EG 186). El Evangelio de la misericordia se encarna en la opción preferencial por los pobres, de modo que cada cristiano y cada comunidad cristiana “están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres” (EG 187). He aquí

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