El desafío de una educación solidaria

139 el desafío de una educación solidaria (…)pondré mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: conoced a Yahvéh, pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande… cuando perdone sus culpas y de su pecado no vuelva a acordarme (Jr 31, 31-34; cf. Hb 8, 11). Texto que recoge la afirmación del profeta Isaías: «…todos tus hijos serán discípulos de Yahveh y será grande la dicha de tus hijos» (Is 54, 13). Profecía que ve cumplida el apóstol san Juan cuando afirma: «Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende su enseñanza vive a mí.» (Jn 6, 45) Nuestra tarea entonces consiste en asumir y enseñar . Es decir, apropiarnos de esta tan alta vocación, disfrutarla y ajustar nuestra vida a esta identidad siempre nueva, lo cual implica superar todo temor o impulso a autoexcluirnos de nuestra condición de místicos, sabiendo que, a la luz del evangelio, continuamente hemos de revisar lo que entendemos por mística y depurar de este concepto todos los aditivos extraños que puedan distraernos de lo fundamental que es nuestro llamado y capacitación para vivir la unión con Dios en nuestra vida corriente. De ahí que, para terminar, nos venga bien tomar esta afirmación que puede ayudarnos a poner en práctica cuanto hemos dicho en esta reflexión: El cristiano puede y debe partir siempre de la plenitud [la unión con Dios], ya dada, ya propuesta. Y cuanto más haga esto, y más consecuentemente lo realice, mejor cristiano será. En el ámbito natural, esta presuposición de la plenitud, de la perfección, de la meta, sería la equivocación más ridícula. La misma equivocación que cometería un discípulo que quisiera presentarse como maestro. En la vida cristiana, en cambio, toda negativa a partir de la plenitud es una forma de incredulidad. 28 28 H. U. Von Balthasar. Ensayos teológicos I: Verbum Caro. Ediciones Cristiandad, Madrid, 1964, 218.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=