El desafío de una educación solidaria

Una educación para la cultura del encuentro. ¿Quién nos ha desheredado? Dr. José Francisco Serrano Oceja, profesor titular acreditado de Periodismo Universidad CEU-San Pablo, Madrid, España León Felipe escribió: “No quiero el verbo raro/ Ni la palabra extraña;/ quiero que todas, todas mis palabras/ —fáciles siempre/a los que aman— ,/ vayan ungidas con mi alma”. Las palabras, dijo un clásico, a las gestas sobreviven. Las pinturas a las palabras sobreviven. Palabra y pintura; palabra e imagen. Las palabras sobrevolarán las experiencias plácidas. Aristóteles, al principio de sus lecciones sobre los estadios preliminares de la vida política, escribió que “ni aquí, ni en parte alguna llegaremos a ver bien en el interior de las cosas, a menos que las veamos realmente desde sus comienzos”. Y Baltasar Gracián, en su Oráculo manual y arte de la prudencia , nos invitaría a querer cuando se pueda, “que la sazón y el tiempo a nadie aguardan. El sabio sabe que el norte de la prudencia consiste en portarse a la ocasión”. Prudencia, por tanto, para la palabra de este humilde embajador de la Pontificia Universidad Católica por el mundo. Decía Aristóteles que “no hay viento favorable para los barcos que desconocen su destino”. Charles Scriven afirmó que “la cuestión sobre Cristo y la educación no se refiere a si la Iglesia debe participar en la vida educativa, sino a cómo debe hacerlo”.

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