El desafío de una educación solidaria

80 actas del viii congreso católicos y vida pública con la sociedad y para asumir el liderazgo social, mayores serán las perspectivas de progreso en sabiduría, justicia y dignidad de vida para toda la comunidad humana” (5-9-95). Es necesario, decía Juan Pablo II, “nuevas formas de liderazgo en el servicio” 15 . ¿Quién puede dudar del liderazgo, incluso político, de la beata Teresa de Calcuta? Dice el pedagogo alemán Foerster, citando a Goethe, en su obra Ifigenia : “Ella preserva el sagrado e inagotable tesoro de la paz interior ”. Frente al activismo que nos desquicia, esta paz puede compaginarse con su intenso trabajo, profesional y de ama de casa. El hombre compagina peor ambas tareas. Muestra, así, la mujer que el ser es más importante que el hacer y el tener . “Dondequiera que un noble carácter femenino sosiega pasiones, reconcilia a personas o suaviza los golpes del destino, allí reina el espíritu del hogar, allí están los jardines de la reina, aun en medio de la oficina o del taller. Lo que importa es, más que el hogar exterior, el fuego que arde en el hogar del alma ” 16 El hombre ha fundado el Estado, la mujer, el hogar, sigue diciendo Foerster. Lamujer debe intervenir junto con el varón en la vida del Estado, y este en la del hogar. Pero estas intervenciones solo serán eficaces si ambos no pierden su identidad y, en el caso del genio femenino, si la mujer actúa en los problemas del mundo con un verdadero espíritu de hogar; si aporta su energía constructora de “cultura de la vida” en vez de “cultura de la muerte”, de cooperación solidaria en vez de reivindicación individualista de derechos; de escucha y comprensión, de verdadera solidaridad con los más débiles, como en el hogar la madre quiere más al más débil. Todo esto, sin duda, es plenamente actual. Uno de los aspectos positivos de la postmodernidad es la atención a la diversidad, a la marginalidad; quizá se concrete de manera errónea a veces, o no se llegue a concretar por la falta de compromiso serio. Eduquemos para que así sea. Es el momento. El Vaticano II vio en la mujer un remedio a la cultura de la muerte: “Vosotras, las mujeres, tenéis siempre como misión la guarda del hogar, el amor a las fuentes de la vida… Nuestra técnica tiene el peligro de convertirse en inhumana. Reconciliad a los hombres con la vida (…) 15 Discurso a la Delegación de la Santa Sede en la Conferencia de Pekín, (29-8-95). “Servicio” que, como repite el papa Francisco, no es “servidumbre” 16 FOERSTER, F.W.: Temas capitales de la educación , Barcelona, Herder, 1963. págs. 39, 30.

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