El desafío de una educación solidaria

83 el desafío de una educación solidaria que se le destroce al hombre su conciencia de verdad, de modo que ya no esté en condiciones de decir: ‘Esto es cierto… eso no’. Quienes lo hacen en la práctica política, en la vida jurídica y donde sea deberían darse cuenta de lo que hacen: quitar al hombre su condición de hombre” 20 . Gran desafío. Pues propongamos “con valentía” la búsqueda de la verdad sobre la mujer, en diálogo reflexivo, paciente, personal. Hagamos lo que podamos, pero en esa dirección. Una antropología personalista y diferenciada, integral. Primero, para los educadores, formarnos y formar buscadores de la verdad. Discernimiento en el mercado de métodos educativos, tener claro el fin. Alimentémonos de buena antropología. No podemos desconocer los clásicos ni la filosofía personalista. Cuidemos los cursos de formación. Dejémonos de “construir” y “deconstruir”, como si fuésemos niños jugando a las casitas. La crisis se nos impone, cruda y urgentemente. La familia, el hombre y lamujer se pierden rapidísimamente. Ante el desastre ecológico integral no cabe otra soluciónque hacer verdaderamente ciencia, buscar causas, consecuencias, atención al ser, y todo ello solidariamente. “Pacto global”. Reflexión dialogada, pues. A lo Sócrates, buscando, como él, a partir de lo concreto, que es plural, la esencia de la mujer, que es una. El reciente documento de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede (2019): Varón y mujer. Por una vía del diálogo en la educación apela a ello mediante la escucha, al razonamiento crítico y al diálogo. Reflexión paciente y dialogada en la universidad, donde se forman maestros, profesores, líderes en todos los campos. En los centros de secundaria y primaria. En la familia, prioritariamente, también en la Iglesia (parroquias, grupos…). Solidaridad. Que vaya sonando cada vez más el tema de la sinfonía (no “monotonía”): el genio femenino, una antropología adecuada. La ideología de género con su propuesta antropológicadesintegradora,haprocedidometiéndosetransversalmente en todos los campos, pero no por vía diálogo sino imposición. Valentía, pues, en la creatividad y en el diálogo. 20 La esencia del Cristianismo. Una ética para nuestro tiempo , Eds. Cristiandad. Madrid, 2006. P. 133.

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