De los desafíos a la esperanza: propuestas de la PUCPR para una nueva gobernanza

131 de los desafíos a la esperanza: propuestas de la pucpr para una nueva gobernanza La función de control y de supervisión de cumplimiento de las leyes que crea, y de los programas que autoriza y financia la asamblea legislativa es una continua, que exige para su pleno ejercicio de la participación ciudadana. Para hacerla realidad debe multiplicarse esa participación con la incorporación de la ciudadanía a los procesos legislativos de fiscalización e investigación. Ese amplio redimensionamiento participativo resulta cardinal, no solo porque complementará el ejercicio de derechos constitucionales como lo son el de exigir la reparación de agravios, los de expresión, asociación, y el derecho al voto, sino porque promueve la vigencia de principios democráticos y una mayor vigencia de la gobernanza. El voto constituye la parte formal del ejercicio democrático para elegir directamente a los funcionarios que tomarán las decisiones gubernativas principalmente en las ramas legislativa y ejecutiva. El ejercicio del derecho al sufragio cada vez más adquiere un carácter estrictamente formal y tiende a perder su contenido sustantivo. Esto último sucede más en los sistemas burocráticos más complejos y diversificados que tienden paradójicamente a concentrar el mando y que pueden ser más susceptibles de las influencias de intereses privados ajenos a la estricta búsqueda del Bien Común. El intento de control por parte de esos intereses espurios del aparato gubernativo y de la toma de decisiones, atenta contra la credibilidad y legitimidad del gobierno, vaciando de contenido sustantivo el ejercicio democrático. Para reparar la credibilidad, legitimidad y efectividad del aparato gubernativo y la procura del Bien Común, concebimos una ancha y sustantiva participación ciudadana como un instrumento inaplazable e insustituible en los procedimientos gubernamentales. Es decir, la crisis de legitimidad del Estado, planteada entre otros, por la de su aparato de gobierno, necesita urgentemente del tejido ciudadano y de estos como representantes del interés público y de la búsqueda del Bien Común que esté incorporado a sus procesos. Esta participación va mucho más allá de la oportunidad para expresarse, incluye. además, la participación activa como escucha bien preparada desde dentro de las estructuras. Demanda ser parte más cercana de la toma de decisiones a través del asesoramiento, consejo o fiscalización de los organismos gubernativos.

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