Koinonia | 2005-2006

Paul Ricoeur: una lectura de la condición del hombre contemporáneo 107 social y política nunca, nunca es obra de ningún individuo separado. Tanto en la vida individual, cuanto en la vida colectiva, convivimos, realmente, en respeto y reconocimiento cuando actuamos en conjunto. Hoy utilizamos la palabra interacción , y la interacción se produce mediante la conjunción de obras -eso es Hegel también-. Es decir, si me permiten un ejemplo: ningún matrimonio se va a llevar bien si le faltan proyectos comunes, si no tienen nada en común que hacer, si son dos seres cada uno con sus proyectos y no hay nada en común. Ninguna asociación de personas, ninguna sociedad, ningún cuerpo político tendrá un futuro si no tienen proyectos comunes. Por lo menos, la obra en común, la realización en común es lo que realmente nos garantiza como seres en la intersubjetividad necesaria en el compartimiento de interacciones y, al mismo tiempo, de libertades, secantes y no tangentes: pues nos garantiza una convivencia pacífica. No voy a sacar unas conclusiones. Sólo diría que la invitación profunda de Ricoeur es la de hacernos cargos de nuestra biografía, entendiendo que, en esa identidad biográfica, está también el futuro como cumplimiento de nuestras promesas. Muchas gracias por su atención. 28 de septiembre de 2005 ( Texto no revisado por el autor )

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