Koinonia | 2005-2006

5 PRESENTACIÓN Como ha escrito Benedicto XVI en su Encíclica Deus caritas est , no se comienza a ser cristiano – y, por tanto, el creyente no da testimonio- por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con la Persona de Jesucristo, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. Por eso tampoco la Doctrina social de la Iglesia debe ser considerada como “una gran idea”, una ideología más o menos acertada, o un programa político más o menos realizable. La Iglesia es el acontecimiento de Jesucristo resucitado, presente aquí y ahora, principio de una humanidad nueva que ha entrado definitivamente en el mundo y en la historia. La Iglesia es, por lo tanto, una vida nueva, un modo nuevo de sentir, de mirar, de juzgarlo todo y de actuar; es el inicio de una comunidad donde se viven relaciones humanas nuevas: es comunión (en griego, koinonía ). El término koinonía ( o communio ) en la Iglesia primitiva indicaba precisamente las formas sociales nuevas que estaban naciendo como resultado del nuevo modo de vivir: era la unidad del pueblo de Dios como hecho social, como forma de institución y estructura social nueva. La Doctrina social de la Iglesia es fruto de la toma de conciencia y de la reflexión de la comunidad cristiana acerca de la experiencia de vida nueva que Jesucristo ha traído y hace posible con su presencia continua. No es algo que se añada desde el exterior, sino que es una dimensión esencial que pertenece a la naturaleza de Iglesia, realidad humana y divina, histórica y trascendente, “morada de Dios con los hombres” (v. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia , cap. II). Ésta es la razón por la cual Koinonía es ahora también el titulo del Anuario del Instituto de Doctrina Social de la Iglesia de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, que ofrece los textos completos de las conferencias y los artículos producidos a lo largo de un año académico: temas y voces diferentes, unidos por el deseo común de servir a la comunidad cristiana y a la sociedad puertorriqueña.