Koinonia | 2005-2006

6 En estas páginas, el Cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, nos introduce a la comprensión de los elementos esenciales de la doctrina social de la Iglesia, en una de las conferencias que ha dictado en la PUCPR, presentando el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia , obra que recoge de modo sistemático la rica tradición del magisterio eclesial sobre este tema. Al mismo tiempo, en las homilías de Mons. Félix Lázaro, Obispo de Ponce (v. Es la hora de sacudir la pereza y la somnolencia y Siéntanse orgullosos de ser profesores católicos ) se encuentra un claro y fuerte reclamo a que la fe cristiana vuelva a ser una experiencia de vida encarnada en el presente de las circunstancias históricas. Durante el año académico 2005/2006, el Instituto de Doctrina Social de la Iglesia de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, fiel a su Misión, ha ofrecido a la comunidad universitaria y a la sociedad puertorriqueña ocasiones privilegiadas para que las enseñanzas pontificias sean conocidas, comprendidas, amadas y vividas (v. Identidad y Memoria y La familia en la enseñanza de Juan Pablo II de Mons. Fernando Felices). Atento a la realidad puertorriqueña, el Instituto ha propuesto juicios acerca de las graves señales de crisis que está atravesando el sistema económico y político de Puerto Rico (v. Puerto Rico: tiempos peligrosos de Giuseppe Zaffaroni), sin olvidar las experiencias de cambios radicales, pero pacíficos, que el pueblo cristiano ha protagonizado en su historia en otras partes del mundo (v. Solidarnosc cumplió 25 año ), precisamente porque educado en los principios fundamentales de la doctrina social de la Iglesia. Esta educación es una responsabilidad constante de la Iglesia y, de manera especial, de una Universidad Católica, que debe ayudar a recuperar “el recto uso de la razón”, como nos está recordando a menudo Benedicto XVI, uso adecuado de una razón que no es enemiga del Misterio, sino que encuentra en Él la clave para comprender lo que sucede (v. El infinito presente en la tragedia de Nueva Orleáns de Giorgio Vittadini) y juzgar todos los intentos