Koinonia | 2005-2006

Autismo existencial 86 manera de sí mismo, de su desmesurada autoestima, que tratando de besar la imagen reflejada en el agua, se agachó, resbaló y se ahogó. Porque el ego ahoga. La gente no se da cuenta de que el ego ahoga, va echando kilos de ego, más kilos de ego y luego no puede arrastrarse, vive el ego como si fuera un caracol dejando un rastro de mala peste. El egoísta narcisista de eso no se da cuenta. Estamos hoy en el momento de semejante narcisismo, cuyos dos caracteres básicos son, por una parte, el nihilismo y, por otra parte, el pragmatismo . El narcisista, por otra parte, tiende a adscribirse a una actitud de corte relativista. Todo es relativo: el hombre ve el mundo como hombre, la mujer como mujer, los americanos como americanos, los europeos como europeos, etc. Cuando ese relativismo se hace absoluto (es decir, cuando todo es absolutamente relativo y nada vale más que nada), entonces se le denomina nihilismo , de nihil , nada. Si todo vale por igual, nada vale en realidad. Si vale lo mismo la salud que la enfermedad, el pobre que el rico, el sabio que el ignorante, el bueno que el malo, ¿qué es que vale? Nada. Cuando todo vale por igual, nada vale; esto se llama nihilismo. Es la ausencia de grandes convicciones. A veces me preguntan los periodistas: “Si usted naufragara, ¿qué se llevaría a la isla?”. Les digo: “¡Hombre! Si estoy naufragando, mucho tendré con salvarme a mí mismo, ya sería bastante”. Pero si insisten y me preguntan qué libro me llevaría (al parecer, los periodistas cuando se están ahogando en lo único que piensan es en salvar un libro) yo les digo que me llevaría el Nuevo Testamento, que es el libro de mi vida. Pero, como les parece poco (no les parece un libro de verdad, les parece un panfleto), entonces les digo que, después de la Biblia, me llevaría el Quijote, ahí tienen un libro y además un libro pesado. Y ahora yo por mi parte les pregunto a ustedes: “¿Y ustedes se contentan con que yo me lleve el Quijote a la isla? ¿Les parece que con esto se puede contentar una persona?” Yo, desde luego, insistiría en llevarme el Nuevo Testamento y El Quijote, pero desde luego yo me llevaría a una persona para leer esos libros en compañía, ya que ni sé, ni quiero, ni puedo sobrevivir solo. “Yo no quiero sobrevivir solo”: esto nunca lo diría Narciso, tan amigo del yo, yo, yo y del todo para mí, para mí, para mí… En realidad, el sentido más estricto del nihilismo consiste efectivamente en: todo para mí, y el prójimo no existe. El nihilismo es cuando no existe el tú en la vida de nadie. Pero un tú no es un él. Al decir tú, digo tú y yo, para la salud y para la enfermedad. Pero si al tú le trato como a un él, a uno más, me da igual, todo él es igual a cada él, no tengo mayor cariño por uno que por otro, momento en que el él se pervierte en un ello , en una

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