Koinonía 2006-2007

Los Evangelios: ¿un testimonio creíble? 42 Biblique tenía justamente la orientación semítica; y hay en la École Biblique una revista de información de las publicaciones que se van haciendo, que se envía a todos los antiguos alumnos. Uno de los antiguos alumnos de la École Biblique era el Abbé Jean Carmignac. Cuando Carmignac vio el título de la publicación del trabajo que había hecho lo pidió, lo leyó y me escribió una carta. Y empezamos una relación de trabajo mutuo. En una de las cartas que me escribió en esa época de relación decía: “estoy convencido de que esta cuestión del origen semítico de los Evangelios es capital para demostrar su valor histórico y para salir del “bultmanismo” que en Francia - decía él (y podríamos decir en toda Europa) - ha pervertido a tantos espíritus; por eso mi intención es consagrar el resto de mi vida al estudio del sustrato semítico de los Evangelios”. Desgraciadamente el resto de su vida fue mucho más corto de lo que él preveía, porque murió a raíz de un accidente, pocos años después de haber escrito esta carta. Pero es verdad: esta indicación que Jean Carmignac dio hace varios años (en 1985), yo la he ido verificando a lo largo de mis estudios. Dos ejemplos: los relatos pascuales. Demostrar el sustrato semítico de los Evangelios es apoyar su historicidad. Quiero poner dos ejemplos para que vean como funciona y después podremos sacar alguna conclusión. Entre los estudios que hemos publicado, me voy a centrar en dos textos relacionados con unos pasajes, unos relatos que son probablemente los más complicados que tenemos en los Evangelios. Son los relatos pascuales, o sea, aquellos relatos que narran el hallazgo del sepulcro vacío y las apariciones. Cuando uno compara los Evangelios, lo que aparece con claridad es que no hay armonía entre ellos; no se ponen de acuerdo. El hallazgo del sepulcro vacío, es uno de los relatos que siempre se ha considerado como legendario y apologético; por lo tanto, inventados por la comunidad, sin fundamento, sin valor histórico. La inmensa mayoría de los exegetas así los consideran. Es verdad, tengo que reconocerlo. Cualquiera que se ponga a estudiar los relatos evangélicos pascuales, se da cuenta de que no hay posibilidad de unificar esos relatos. Uno dice que van tres mujeres al sepulcro, otro dice que dos, otro dice que una. Unos dicen que van a ver, otros dicen que van a ungir a Jesús; unos dicen que salen muy de noche, otros dicen que salen ya cuando ha salido el sol. Los nombres de las mujeres tampoco coinciden; y unos dicen que han visto dos ángeles, otros dicen que han visto uno. Es verdaderamente un poco galimatías.

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