Koinonía 2006-2007

Hay que salvar la dignidad de la persona humana 75 Ciertamente, la ciencia puede obtener hijos perfectamente “científicos”, “técnicos”; pero, ciertamente, no “humanos”, no fruto de un acto amoroso de donación mutua. La Iglesia no es caprichosa al oponerse a estas prácticas. La Iglesia es consecuente con el Sí a la vida y con el Sí a la dignidad de la persona humana y a la inviolabilidad de la dignidad de la persona humana desde el primer momento de su existencia. La persona humana es fin en sí misma y no un medio. Me he limitado más a los principios, que a todos y cada uno de los temas traídos en el borrador del Código Civil referentes a la familia. El tiempo no lo permite. Sin embargo, no quiero dejar pasar por alto el tema referente al cambio de nombre de los transexuales en el Registro Civil. Para empezar diré que no me opongo al cambio de nombre; pero no en el Registro o Certificado de nacimiento, porque, además de borrar la historia, - es un hecho histórico que se inscribió como niño o niña, con su nombre -, legitimaría el matrimonio entre personas del mismo sexo. Se haga, si se desea hacer, el cambio de nombre; pero a partir de la fecha en que se solicita, sin pretender borrar, negar una realidad que es imborrable. “ Contra factum non valet argumentum ”. La realidad es que una simple cirugía estética no es suficiente para cambiar el sexo de una persona. Se caería en una de esas ‘aberraciones’ legales, que lejos de ayudar, empañarían la sana convivencia ciudadana, al no saber quién es quién. Para terminar, permítanme regresar al tema de la Paz, con otra cuña sobre la Paz. La Paz sólo se podrá construir desde la Persona, desde el momento que no se invada, no se falte al respeto, no se pisotee la dignidad de la persona humana, sino, por el contrario, se la respete en toda su integridad, en todo su proceso generativo y evolutivo. Mientras se dé la manipulación y la comercialización de la persona humana, y se mantenga una visión materialista y económica del problema, sin considerar y dar la primacía al ser humano, a la persona humana, seguirá habiendo guerras y no PAZ. Ponencia dictada en el Recinto de la P.U.C.P.R. de Mayagüez, 23 de abril de 2007.

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