Koinonía 2006-2007

No perdamos una ocasión preciosa 92 Giuseppe Zaffaroni es profesor de Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y Director del Instituto de Doctrina Social de la Iglesia. NO PERDAMOS UNA OCASIÓN PRECIOSA Giuseppe Zaffaroni Los cambios propuestos al Libro de la Familia del Código Civil tienen un gran mérito: por fin al centro del debate público está un tema verdaderamente decisivo para la vida de todos. Estamos frente a la gran posibilidad de abrir un diálogo serio y apasionado acerca de los fundamentos de nuestra convivencia civil, acerca de los valores que consideramos esenciales para la vida de nuestro país y su desarrollo futuro. Confrontar las diferentes concepciones de matrimonio, de familia y de procreación no es tratar una cuestión cualquiera. ¿Quién puede negar o evitar que entren en juego aquí nuestras convicciones más profundas acerca de la vida y de su destino, del amor y de su sentido, de la paternidad y de la maternidad, en fin, de lo que consideramos bueno o malo para nosotros mismos y para todos nuestros seres queridos? Precisamente porque se trata de algo tan íntimo y delicado, y, al mismo tiempo, tan decisivo para la dimensión comunitaria y social, no beneficia a nadie que se reduzca enseguida esta oportunidad de reflexión y de diálogo a una lucha de coaliciones ideológicas contrapuestas y se levanten muros que impiden ver y escuchar. ¿Por qué evocar fantasmas inexistentes hablando de “cruzadas” o “guerra santa”? ¿Por qué tratar a todos los que se oponen a los cambios como si de un solo bloque se tratara, sin poner atención verdaderamente a las razones, bien diferentes, con las cuales se argumenta? Una de las maneras más desacertadas y tristes para descalificar el testimonio de quien argumenta a partir de su fe religiosa es, por ejemplo, la de invocar la separación de Estado e Iglesia en Puerto Rico. En estos días se ha repetido a saciedad en todos los medios de comunicación esta verdad constitucional; es una especie de refrán que a veces roza la insolencia de un “¡cállate!”. Pero, ¿pueden callarse unos ciudadanos En la controversia que se ha desatado en torno a la reforma del Código Civil de Puerto Rico se ha invocado a menudo la separación entre Iglesia y Estado. Pero los cristianos no son súbditos, son ciudadanos, y tienen el derecho y el deber de colaborar con el legislador para que se hagan leyes justas.

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