Koinonía 2007-2008

Nota sobre la polémica reciente acerca de la venta de óvulos en Puerto Rico 114 gratuitamente, en un acto de amor conmovido frente a la vida de otro ser humano en peligro. Donar un órgano es un modo de donarse al otro: y esto es amor, el único que pueda justificar el libre sacrificio de una persona hacia otra. ¿Se puede decir lo mismo de la venta de óvulos? Antes que nada, en este caso, no hay ninguna vida en peligro, no hay una intervención para sanar o salvar. Al contrario, precisamente poner a disposición los propios óvulos es crear las condiciones para que se pongan unas vidas en peligro. Donando óvulos, se favorece una actividad, la fecundación asistida, cuyo resultado, aunque no directamente deseado, es la supresión de numerosas vidas humanas, las de los embriones perdidos o suprimidos voluntariamente: dado que se trata de una actividad programada, son responsables de estas muertes tantos los médicos y los técnicos como los donantes y cualquier otra persona involucrada. En conclusión, el acto de vender óvulos lesiona doblemente la dignidad humana: 1. la propia, porque lleva a mirar al propio cuerpo como cosa que se utiliza para llevar a cabo una operación comercial (que la llamen “compensación de riesgos” o “compensación por el tiempo perdido” es un una piadosa mentira que no engaña a nadie…); 2. la del hijo que de aquel óvulo nacerá y cuya madre ha abandonado al uso arbitrario que de él harán personas ajenas. No se trata de un capítulo más del conflicto entre ciencia y fe cristiana, como alguien ha comentado en estos días, sino del conflicto entre la razón que quiere afirmar la dignidad inconmensurable de toda persona humana y el cinismo de quien utiliza el dolor y las necesidades humanas para montar su negocio. En el caso específico de la publicación del anuncio para donantes de óvulos en el periódico de la UPR, Diálogo , nuestra preocupación es de tipo esencialmente educativo. La Universidad estatal, mantenida también con el dinero de todos los contribuyentes, ¿ha decidido dar espacio a un anuncio de este tipo como expresión de su misión educativa? ¿Cuál es el mensaje que quiere lanzar a nuestras jóvenes? ¿Están seguras las autoridades académicas, la Junta de Síndicos, etc., de que están expresando los ideales humanos y los valores propios del pueblo puertorriqueño? Se nos permita, por lo menos, disentir. [ Publicado en octubre de 2007en la página web del Instituto de Doctrina Social de la Iglesia ]

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