Koinonía 2008-2009

Jairo, inmediatamente da órdenes de que le den de comer (Mc. 5, 43). En el momento que sana a la suegra de Pedro, permite que ésta se levante e inmediatamente comience a servirle. Es indudable, pues, que Jesús está acostumbrado a compartir los alimentos con ella. Envía a sus discípulos y les indica que al entrar en una casa o en una ciudad: "coman y beban lo que tengan... coman lo que les pongan" (Lc. 10, 7-8). No se trata, meramente, de recibir un salario o una limosna que posibiliten el cumplimiento de la misión que se les ha encomendado; es un mandato de solidaridad que se torna evidente al compartir el pan. Jesús no envía anunciantes sin más; envía apóstoles que tienen el deber de ser amigos. Por eso les envía de dos en dos. Deben, en consecuencia, compartir la vida toda con los nuevos discípulos y con las nuevas discípulas. Las comidas fueron, para Jesús, el escenario para dictar muchas de sus grandes enseñanzas: 1. En una comida en casa de Leví, cuando los fariseos y sus escribas murmuran que Jesús come con los publicanos y los pecadores, Jesús les enseña: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal." (Lc. 5, 31) 2. En la discusión sobre la necesidad del ayuno, Jesús les dice: ¿Pueden acaso hacer ayunar a los invitados mientras el novio está con ellos?" (Lc. 5, 34) 3. En medio de una comida, invitado por un fariseo, perdona a la pecadora que le lavó los pies con lágrimas. (Lc. 7, 36-50) 4. "Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada." (Lc. 10, 41-42) 5. En otra comida, invitado por un fariseo, Jesús enseña con expresiones muy duras: "Pero, ¡ay de ustedes los fariseos, que pagan el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejan a un lado la justicia y el 107 Jesús y la comida

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