Koinonía 2008-2009

19 halla involucrada desde sus presupuestos limitantes que, al par, abren a su específica finalidad técnica en el contexto de la cultura y a otros ámbitos de realidad que trascienden sus presupuestos metodológicos. Se trata siempre de una propuesta que exprese el valor de la razón como exigencia de vínculo entre lo particular de la experiencia y lo universal del significado que, por otra parte, ya constituye cada ciencia en cuanto tal. Porque es ese vínculo el que da sentido, orden y progresión a los imprescindibles y tortuosos detalles del conocimiento empírico-analítico y a los descubrimientos, muchas veces sorpresivos, que acontecen durante su desarrollo. La razonabilidad de una propuesta abarcadora de la amplitud del corazón humano supone, entonces, que antes haya acontecido el tú del otro como pregunta deseosa, suscitada por el presentimiento de lo verdadero que, primeramente, se vislumbra en la presencia del profesor. Porque éste también puede detener el significado de su presencia en sólo instruir, lo que es necesario pero insuficiente en cuanto trunca la tensión de la razón. No se provoca en otro esta pregunta superior a todas si uno mismo no la vive desde la exigencia de una respuesta viva y total. Lo que supone en quien enseña que él mismo esté presente, en cuanto científico-técnico, en su integralidad humana. Si él ha problematizado su identidad porque verdaderamente le interesa, si la ha sufrido hasta hacerla carne como convicción gozosa continuamente renovada, ofrece ante todo al alumno un método personal y universal (la comparación con el criterio ideal inherente al núcleo crítico del yo) de verificación de lo que él propone como sentido de lo que enseña, y lo acompaña en ese camino a partir de cualquier fragmento temático. Porque sólo realiza una verdadera propuesta quien ha vivido y vive la pregunta, y la razón ampliada se verifica como implicación de la libertad propia y la del alumno hasta el final. Porque la respuesta viva que concierne a la vida como un todo supone un compromiso con la propia existencia en el que ninguno puede ser sustituido. Una vez propuesta la unidad del contenido y del método de su verificación, la compañía del educador se manifiesta como permanente disponibilidad que confía al Misterio de la vida la libertad del educando, como íntima exigencia de una satisfacción total. 1.3 Ampliar la razón es reconocer el apremio del otro en la etapa de la vida universitaria Pero siempre vivimos frente a circunstancias, por tanto ante fragmentos de realidad, de tiempo educativo, de espacios de conocimiento. Entonces, abrir la ventana y recibir el aire nuevo de la pregunta por el Ampliar la razón para vivir hoy la universidad

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