Koinonía 2008-2009

26 todo para que haya algunos genios del pensamiento, sino que su máxima potencialidad es alcanzada cuando, a partir de la experiencia de sí como yo-en-acción relacionado con presencias reales, cada individuo educado es capaz de conocer por sí mismo su propia estructura esencial y el sentido fundamental de su dinamismo. Lo cual le posibilita acceder a certezas básicas sobre las pocas cosas esenciales que conciernen al ser del hombre en totalidad, al lo bueno que lo afirma en su común dignidad y al origen y destino de su paradojal dinámica teleológica alterativa hacia lo único necesario, imposible de otorgárselo a sí mismo. Laicidad de la razón –que la filosofía desarrolla- significa que todo individuo es capaz de tomar distancia de su propio vínculo de pertenencia para evaluarlo con simpatía en su verdad fundamental razonablemente atestiguada y argumentada, desde el criterio a él inmanente (el núcleo crítico), fáctico y universal. El prerrequisito de compartir la misma pasión por la verdad y por el hombre posibilita que las investigaciones de los profesores universitarios situados en contextos histórico-culturales diversos, se integren en laboratorios laicos de un humanismo racional analógicamente universal. Esto en la medida en que, en cada caso, no anulen el contacto dialógico-crítico con los significados esenciales emergentes de su propia tradición cultural y, por eso mismo, sean capaces de confrontarse con criterio y de enriquecerse entre sí a través de los diversos perfiles y aportes a ese humanismo racional, que no es tal si no es firme en los principios éticos inherentes a toda auto-experiencia crítica y a todo verdadero diálogo. b) El reconocimiento de la existencia de un terreno ético- antropológico básico y común accesible en la experiencia da una especial relevancia a todas las ciencias y a sus implicaciones tecnológicas, en cuanto son saberes basados en la positividad rigurosa del conocimiento de los hechos que, sin embargo, no deben ser disociados de su sentido, para que los prejuicios no detengan el dinamismo de la razón. La educación en el rigor del análisis de los datos positivos es decisiva para que la razón no gire arbitrariamente sobre sí misma. Las ciencias deben permanecer en su dignidad universitaria para no decaer en una espuria subordinación a intereses políticos y económicos no evaluados según el bien del hombre. Por ello, la dignidad universitaria de las ciencias se realiza cuando quienes las Ampliar la razón para vivir hoy la universidad

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