Koinonía 2008-2009

46 en diálogo e intercambiarse sus respectivas competencias, serán capaces de presentar a los hombres de hoy resultados verdaderamente eficaces.” 30 . 3.5 La Ilustración en la exaltación veterotestamentaria de la razón Ante la zarza ardiente en la montaña del desierto Moisés pide al mismo Dios de Abraham que lo ha convocado ahí que devele su nombre para referírselo al pueblo rebelde. Su respuesta es desafiante y luminosamente misteriosa, clave laica de toda racionalidad: “Soy el que Es”. Nombre misterioso que “separa a Dios del conjunto de las divinidades con múltiples nombres, afirmando solamente su ser, es , confrontándose con el mito; una respuesta con la que está en íntima analogía el intento de Sócrates de vencer y superar al mito mismo. El proceso iniciado en la zarza alcanza, dentro del Antiguo Testamento, una nueva madurez durante el exilio, donde el Dios de Israel, entonces privado de la Tierra y del culto, se presenta como el Dios del cielo y de la tierra, con una simple fórmula que prolonga las palabras de la zarza: «Yo soy». Con este nuevo conocimiento de Dios se acompasa una especie de ilustración, que se expresa drásticamente en la mofa de las divinidades que no son más que obra de las manos del hombre (cf. Sal 115) ” 31 . ¿De qué modo fue oscurecida esta conciencia de la racionalidad originaria de Dios y su creación, en aras de un equívoco y distante respeto por la trascendencia, y por esa concepción de la alteridad de Dios absolutamente indeterminada y finalmente extraña? “En contraposición al así llamado intelectualismo agustiniano y tomista –dice Benedicto XVI-, con Duns Escoto comenzó un planteamiento voluntarista, que al final llevó a la afirmación de que sólo conoceremos de Dios la voluntas ordinata . Más allá de ésta existiría la libertad de Dios, en virtud de la cual Él habría podido crear y hacer también lo contrario de todo lo que efectivamente ha hecho. Aquí se perfilan posiciones que, sin lugar a dudas, pueden acercarse a aquellas de Ibn Hazn (quien llega a decir que Dios no estaría condicionado ni siquiera por su misma palabra y que nada le obligaría a revelarnos la verdad; si fuese su voluntad, el hombre debería practicar incluso la idolatría), y podrían llevar hasta la imagen de un Dios arbitrario, que no está ligado ni siquiera a la verdad y 30 Benedicto XVI, Mensaje al congreso Del telescopio de Galileo a la cosmología evolutiva. Ciencia, Filosofía y Teología en diálogo , Pontificia Universidad Lateranense, Roma 1/XII/2009. 31 Benedicto XVI, “Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones”, e n la Universidad de Regensburg, 12/IX/2006. Ampliar la razón para vivir hoy la universidad

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