Koinonía 2014-2015

28 koinonía | anuario 2014-2015 comencé a escribir lamañana del sepelio de Christopher. La primera estrofa del poema dice así: “No puedo decirte adiós, mi amor, te digo hasta luego. Porque espero que algún día nos encontremos en el cielo”. Pero antes de entrar al proceso de duelo y el silencio, quisiera hablar de lo que fue la corta vida de Christopher. Porque tal vez alguien que no conozca la historia, no haya pasado por esta experiencia o no tenga hijos no pueda entender el por qué el duelo de un bebé que muere en el vientre es tan doloroso. Toda historia tiene un principio, y el comienzo de Christopher fue sorpresivo. Llegó en un momento no planificado pero en el que necesitábamos una buena noticia, ya que habíamos vivido momentos difíciles en el año anterior y en cuanto supimos de su existencia fue amado, deseado y esperado. Una vez informé a mi esposo y familiares cercanos con una foto de la prueba de embarazo y unmensaje de texto, compartí la feliz noticia a través de Facebook e inmediatamente recibimos mensajes de felicitaciones y buenos deseos. Inmediatamente comencé a hacer dieta e hice cita con el ginecólogo y la nutricionista por mi historial previo de diabetes gestacional. Seguimiento que tuve a lo largo del embarazo y con el cual logramos que los niveles de azúcar se mantuvieran controlados durante casi todo el embarazo. Y así Christopher siguió creciendo mes a mes, siendo mimado por familiares, amigos, compañeros de trabajo y estudiantes. Y principalmente mimado por sus hermanitos, que ponían sus manitas encima de mi vientre cuando se movía, que jugaban a “comerse” la barriga, le hacían cosquillas y le llamaban por su nombre. Y su hermanita por su apodo Pequeñín. Celebramos nuestro décimo aniversario de matrimonio, renovando nuestros votos en la Santa Misa y luego tuvimos un compartir en casa y el “babyshower” de Christopher. Al día siguiente, 9 de junio, en la cita de seguimiento el médico indica que

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