Koinonía 2014-2015

29 instituto de doctrina social de la iglesia | pucpr pese a todo cuidado necesitaba insulina para regular los niveles de glucosa que se estaban descontrolando. Se regulan los niveles con insulina y luego me empieza un aparente catarro, ya que la prueba inicial de influenza da negativo. Paso el fin de semana en reposo, con mucho líquido y “Tylenol”. Físicamente me sentía mejor, pero la tos empeoró de domingo para lunes y regreso al médico. Me refiere inmediatamente al neumólogo que me envía a hospitalizar por bronquitis, y me pone consulta con un infectólogo. Se me repite la prueba de influenza, la cual da positivo y además en el monitoreo de glucosa se determina que está muy descontrolada pese al uso de insulina. Todo monitoreo indica que el bebé está bien, aún dentro de mi condición. Se me hace un sonograma el martes 17, todo está perfecto. El miércoles 18 en el monitoreo de los latidos está todo bien. Transcurre el día connormalidad. El jueves 19 de junio durante el monitoreo de rutina, no aparecen los latidos y se nos informa que nuestro tercer hijo ya no estaba con nosotros. Así como llegó por sorpresa a nuestra vida, así por sorpresa e inesperadamente se fue. Y viene el choque con la realidad, el enfrentar un proceso de parto totalmente distinto, con un debate interno muy fuerte. Por un lado deseando que terminara ya el proceso, de que terminara ya el dolor físico y por otro lado el dolor emocional de no quererme separar físicamente de mi bebé. Fue muy difícil y largo el proceso de parto. Finalmente el viernes 20 de junio a las 5:55 am llega Christopher silenciosamente a este mundo. Pesó 7 libras con 9.5 onzas, midió 19.5 pulgadas, hermoso con la naricita parecida a la de Arelis y la barbillita parecida a la de Brandon. Yo no tenía idea de cómo me iba a sentir cuando se separara de mi cuerpo, pero para mi sorpresa en cuanto salió lo que me invadió fue una paz y tranquilidad inmensa. Luego de todo ese dolor y sufrimiento de las horas y minutos previos, en cuanto nació se me fue el efecto del medicamento del dolor e instintivamente lo busqué. Me preguntaron si quería verlo, si quería cargarlo y asentí sin pensarlo dos veces. Mi esposo al verme tan tranquila me preguntó si quería que tomara fotos y nuevamente asentí. Y ahora me alegro de tener esos pocos

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