Koinonía 2014-2015

56 koinonía | anuario 2014-2015 y la preparación son otros tres que forman un quinteto de valores que forman un conjunto de realidades que han sido ampliamente controvertidas y cuestionadas por muchos sectores. Ese debate es, como muchas otras cosas en un ambiente mediatizado, cuestión de percepciones. La voluntad, la unión, la lucha, la vocación y la preparación son realidades del Magisterio que han sido percibidas de maneras diversas en los discursos mediáticos que a menudo se construyen. Soy enfática en utilizar el concepto “realidad” en vez de “verdad”, porque la realidad estámediadapor factores que lahacen ser distinta en determinadas situaciones o épocas, mientras que la verdad es algo que no cambia. La voluntad, la vocación o la preparación académica no son verdades, aunque factualmente sean elementos certeros. Son, más bien, realidades que tienen interpretaciones distintas en los contextos históricos en que se desarrollan. De entrada, afirmo que existe un Magisterio que tiene estos valores como características fundamentales de una profesión responsabilizada por problemas y situaciones en las que, ni tan siquiera, tienen injerencia. Sin embargo, con la expectativa de determinados sectores de la economía y la política de nuestra sociedad, se crean percepciones para manipular las realidades. De esta manera, se justifican desmantelamientos de sistemas educativos públicos, cierre de escuelas, despidos de maestros, contratación de compañías privadas extranjeras de consultoría y un sistema remedial porque “el maestro no puede hacer lo que hace falta”. A falta de ser verdad, por repetirse, muchos han creído lo que se les presenta como verdad. Es así como se crean las percepciones. En nuestra sociedad, para muchos el Magisterio no sirve y el Magisterio, casi en su totalidad, se siente desmoralizado. Yo añado que se siente desvalorizado. Sin embargo, no hay un diálogo ni un puente de conversación en que todos los sectores nos sentemos a hablar. Hay unas expectativas del trabajo magisterial que no se alcanzan del todo. Eso es innegable y es necesario reconocerlo. Por