El reto de educar para la vida moral

el reto de educar para la vida moral en sociedad 9 Después de algunos años, en que la espiritualidad oriental quería sustituir lo peculiar de la espiritual cristiana, se ha llegado a un momento en el que el mismo evangelio y la persona de Cristo quieren ser el punto de referencia de la auténtica interioridad religiosa del cristiano. Se va pasando de una espiritualidad psicológica e interiorista a una espiritualidad cristocéntrica que busca sus expresiones en la Iglesia. De todos modos, aún hay mucho por hacer en este sentido. La auténtica interioridad religiosa, que tiene como centro a Cristo, se consigue desde la Iglesia. Hoy estamos ante una Iglesia que ha ofrecido durante el tiempo multitud de hijos que han caminado por la senda de la perfección, ha dado al hombre y al cristiano múltiples modelos de identificación y santos y una Iglesia que hoy sigue presentando los medios sacramentales para la auténtica santificación y perfección. Es un error, manifestación de incoherencia y de falta de lógica, que se intente buscar un camino de perfección religiosa contraria e independiente de la Iglesia. El cristiano no puede separar ni contraponer a Cristo con la Iglesia. El intento de decir que se cree en Cristo y no en la Iglesia, además de ser una trampa, es un reto para buscar el auténtico centro de educación moral. 3 o . El valor de las instancias intermedias La sociedad ha de conseguir entrar en los grupos políticos rompiendo los hilos represivos y dictatoriales de estos grupos y potenciando la participación asociativa y la presencia pública. El Estado ha de cumplir, como primer agente social, con las exigencias del principio de subsidiariedad, es decir, ha de estimular, ordenar, suplir y completar lo que falta a la acción de cada individuo, entidades de base e instituciones. En este sentido, en Occidente se ha creado recientemente un marco jurídico apto para el ejercicio de la libertad, la igualdad y la solidaridad. En este ámbito social es necesario que la sociedad occidental cuente claramente con instancias intermedias que articulen de forma diversificada y flexible la relación entre los ciudadanos y el poder, el hombre de la calle y el Estado. Tan importante es el asentamiento de estas instancias como la realización de los objetivos, planes y proyectos de las mismas. Estas se fundan en un marco jurídico para el ejercicio de la

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