Revista Horizontes: primavera/otoño 2010 | Año LIII Nums. 102-103

25 Tenía que ser Palma Sola, porque en Palma Sola, los que habitaban eran campesinos, y el campesino nunca ha tenido doliente. La falta de comunicación y el medio ambiente en que ha vivido todo el tiempo, así como la poca oportunidad que se le brinda para la educación, nos coloca ante la llamada sociedad, como bueyes de dos patas. Tenía que ser Palma Sola porque ya la campaña que habían hecho los medios de comunicación había sido lo suficiente para confundir a una gran parte del pueblo, con las constantes denuncias. Fue por eso que le informaron [las autoridades gubernamentales] al país que solamente habían matado en Palma Sola, cuarenta campesinos (150- 151). El campesino que acude a Palma Sola busca una comunidad alternativa para darle la vuelta al olvido y desamparo en que ha sido mantenido por los poderes institucionales. La de siempre ha estado signada por el desamparo, la enfermedad, la muerte temprana, la carestía para atender las más primarias necesidades. Acude a Palma Sola con las esperanzas de poder atender las mismas: salud, techo, alimentación, tierra para el conuco. Palma Sola, de conformidad con los testimonios y los estudios realizados, era una comunidad solidaria, fraternal –se llamaban hermanos– en la que no se registraba la violencia. Era más bien una comunidad pacífica, gente esperando el milenio de paz que había anunciado Liborio y también los líderes de Palma Sola. El campesino huye de su destierro inicial para buscar una nueva vida en Palma Sola, el lugar donde cuentan sus necesidades, lugar de relaciones solidarias y fraternas, lejos de la exclusión del campo. ¿Cómo, entonces, nombrarle sacer a este grupo de pobres y desterrados que permanecen en la comunidad? Las elites que ostentaban el poder en las diversas dimensiones sociales echaron mano a una serie de estrategias para crear una imagen distorsionada de los palmasoleños y generar la violencia deseada para dar paso al acto de exterminio. La clave fue crear la imagen de una comunidad que amenazaba los órdenes social, económico y político. Para el lente público, Palma Sola desafía los valores hegemónicos de la sociedad dominicana, desestabiliza al Gobierno, la Iglesia y a la cultura dominante; desafía la ley. Se justifica, entonces, su designación sace r. Palma Sola: Marca de la exclusión social; carimbo visible de la injusticia La inequidad que padece la gente del campo en términos de la exclusión económica y geográfica es doblemente sentida por la comunidad de Palma Sola. Se trata de ir de la marginación a la extra marginación. Los creyentes en Liborio procuran salvarse de las enfermedades, la pobreza, la miseria, el desamparo gubernamental en este mundo, y tienen fe en un posible mundo mejor donde ellos cuenten como seres humanos. Palma Sola se convierte en un centro que resiste el destierro mediante la concreción de una sociedad cuyo propósito es atender las necesidades apremiantes de sus miembros; se trata de un reino distinto al reino del mundo; han abrazado el credo liborista de un posible mundo mejor. En Palma Sola las nociones de poder y familia sufrieron cambios. El cuerpo de creyentes obedece a sus líderes en materia política, de relaciones de pareja, relaciones comunitarias. La sede del poder se ha trasladado de la capital y de la casa de las leyes al Santo Corral, al espacio sacro donde se manifiesta el misterio de Liborio en las voces de los Mellizos. La perspectiva de familia no es la hegemónica. De hecho, hay quejas de que los palmasoleños dejan a sus familias –las que no quieren integrarse a la comunidad– con el fin de poder permanecer en esta. Tal es la atracción que ejerce la comunidad sobre sus miembros que pudiera hallar explicación, entre otros factores, en el profundo sentido de desamparo y desarraigo que sienten que prefieren unirse a un grupo doblemente marginalizado, grupo que les permite asumir alguna identidad y les ofrece la esperanza de un mundo mejor. Dentro de la comunidad, se tratan de fraternos, colaboran unos con otros en la satisfacción de sus necesidades primarias, construyen casas para que otros las habiten; comparten lo que tienen; dejan atrás a sus familias para ser miembros de la comunidad, si es que ellas no quieren seguirlos. El líder Liborio había tenido varias mujeres y varios hijos con cada una de ellas. Así que ese valor colectivo de la familia no es entendido de la misma manera. El culto a la institución social de la familia se ha movido de ser familia de sangre a familia de fe, de familia del ritual religioso tradicional a familia de creyentes en Liborio. Aunque la familia es un valor importante en Palma Sola, priva el colectivo. Sin embargo, la estrategia de las élites que ostentan los espacios de poder es crear una imagen distorsionada de la comunidad. Los medios de comunicación están a su disposición. Se considera que dos valores fundamentales de la sociedad caribeña han sido traspuestos. Por un lado, ¿cómo es posible que la comunidad tolere el “adulterio” del líder si la cultura hegemónica y la iglesia institucional no lo permiten?, referido entonces al mesías Liborio. ¿Cómo tolerar que el imperio de la ley del Estado no tenga espacio en Palma Sola, que el líder sea aún Liborio, que ahora resucitado, su espíritu hable en la voz de los Mellizos, pudiendo considerarse como un cuestionamiento así al poder del soberano? ¿Qué creencia es esta que habla de un mesías resucitado a la usanza del Cristo? La comunidad pervive sin la presencia del poder soberano; aún más, a pesar del Estado. Esto amenaza el valor de los controles sociales. El castigo de los romanos contra los hombres que violaban las leyes fundamentales de la sociedad era aplicar la normativa del homo sacer . Palma Sola sacer y su exterminio son los castigos modernos para los que retan la hegemonía de la familia y el poder del Estado. El ejercicio de la masacre, justificado y explicado por el Estado, fue el siguiente:

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