Revista Horizontes: primavera/otoño 2011 | Año LIV Núms. 104-105

10 EL HOMBRE, ANIMAL RACIONAL: EXPOSICIÓN DE SANTO TOMÁS P. José Herrero Mombiela Profesor de Teología Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico De hombre se han dado numerosas definiciones y descripciones que no es del caso enumerar. 1 Sin duda alguna, animal racional ha sido la más afortunada, la más extendida y arraigada en la cultura de Occidente. Dos palabras sintetizan lo que el hombre es, su esencia y, por tanto, su definición, ya que la definición manifiesta “la esencia de una cosa” 2 . Y como la esencia de una cosa equivale a su especie, que consta de género y diferencia, por eso, ambas deben estamparse en la definición. 3 El término animal marca el género, y racional añade la diferencia constitutiva. De esta manera, alcanzamos la definición tradicional de hombre: animal racional. Es la definición que utiliza santo Tomás en todos sus escritos: - “El hombre es un animal racional” 4 . - ¿Qué es el hombre? Y se responde: animal racional mortal” 5 . - “Como si alguien quisiera definir propiamente el hombre, dice que es una sustancia racional; no una sustancia intelectual, que es la definición propia del ángel, ya que la inteligencia, como tal, conviene al ángel, en sentido propio; al hombre, por participación” 6 . 1 Cf Ruiz de la Peña, J.L., Imagen de Dios. Antropologia teológica fundamental, ed. Sal Terrae, Santander, 1988, 9. 2 “Uno modo dicitur substantia quidditas rei, quam significat definitio”: ST, l, q. 29, a. 2, c. 3 “Quia definition est ex genere et differentia”: ST, l, q. 3, a. 5, c. 4 El hombre “est animal rationale”: ST, 2-2, q. 34, a. 5, c; cf. CG, II, 95. 5 “Quid est homo?, et respondetur: animal rationale mortale”: ST, l, q. 29, a. 4, ad 2. Esta definición la toma de A. M. S. Boecio. Filosofía: 15. “Quid igitur homo sit poterisne proferre? Boecio: Hocine interrogas, an esse me sciam ratinale animal atque mortale? Scio, et id me esse confiteor”. Filosofía: “¿Qué es entonces el hombre, si me lo puedes explicar? Boecio: ¿“Me preguntas si sé que soy un animal racional y mortal? Lo sé y confieso que lo soy”. La consolación de Filosofía, L I, prosa 6, n. 15. 6 “Sicut si quis velit proprie nominare hominem, dicit eum substantiam rationalem, non autem substantiam intellectualem, Por tanto, decimos que el hombre es un animal racional y no un compuesto de animal y de racional, como decimos que consta de alma y de cuerpo… El hombre ni es el alma ni es el cuerpo” 7 . No es santo Tomás la fuente originaria de esta definición. La toma de aguas arriba. En el opúsculo “De ente et essentia” cita al Comentador, que en su Comentario a la Metafísica de Aristóteles, define el hombre como animal racional. “De donde, el Comentador dice comentando el libro VII de la Metafisica de Aristóteles: Sócrates no es otra cosa que animalidad y racionalidad, que son su esencia” 8 . La definición de persona que nos legó Boecio, responde a la esencia misma de hombre, visto como naturaleza racional: “Persona est rationalis naturae individua substantia”: Una sustancia individual de naturaleza racional 9 . Muchos siglos antes, exactamente en el segundo, San Justino Mártir había definido el hombre como animal racional: “¿Acaso no es el hombre otra cosa que un animal racional, compuesto de cuerpo y de alma? O, ¿es que el alma separada es el hombre? De ninguna manera, sino que es el alma del hombre. ¿Acaso se llama hombre al cuerpo? En modo alguno, sino que se llamará el cuerpo del hombre. Por lo cual, así, ninguna de estas cosas separadamente es el hombre, sino lo que resulta de la unión de ambos se llamará hombre” 10 . Recientemente, X. Zubiri enmienda esta definición milenaria y presenta otra, también muy breve. El hombre es un “animal inteligente” 11 o, lo que es lo mismo, “animal de realidades” 12 . Ambas definiciones, la tradicional y la de Zubiri, no son formulaciones simplemente diferentes. Expresan contenidos radicalmente distintos. Nada tiene que ver quod est proprium nomen angeli, quia simplex intelligentia convenit angelo per proprietatem, hominem vero per participationem”: ST, 1, q. 108, a. 5, c. 7 “De ente et essentia”, c. 2, n. 16. 8 Ib., n. 11. 9 “De duabus naturis”, c. 3: ML, 64, 1343. 10 “De resurrectione”, 8: MG, 6, 1585. 11 “A mi entender, para la ciencia y para la filosofía misma, el hombre es, acabamos de verlo, el animal inteligente, respecto del cual, el animal racional, el homo sapiens, no es sino el estadio evolutivo final de aquél”: El origen del hombre, R. de Occidente, 1964, julio-diciembre, 173; cf., 169. Siendo el ser humano, en su “estadio evolutivo final”, un animal racional, parece razonable que ésta debería ser su definición apropiada. La descripción perfecta de una casa ha de mostrar la casa terminada, no en construcción. 12 “Vertido a la realidad, el hombre es por esto animal de realidades”: Inteligencia sentiente, Alianza Editorial, Madrid, 1980, 284. Y es que el objeto propio de la inteligencia es la realidad; no el ser o el ente.

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