Revista Horizontes: primavera/otoño 2011 | Año LIV Núms. 104-105

23 los grupos de izquierda que afirman que este TLC solo beneficiaría a las clases altas. En ninguno de los países la oposición fue tan grande como para impedir su aprobación, el mejor caso es el de Costa Rica que dejo en manos de su pueblo la aprobación del mismo. El DR-CAFTA en Puerto Rico En Puerto Rico, el DR-CAFTA entra en vigor al momento de hacerlo en todo Estados Unidos. El Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y las empresas puertorriqueñas comienzan analizando cómo aprovechar este tratado de libre comercio (TLC), ya que el país perdió ventajas y beneficios que antes eran únicos. El gobierno y las empresas debieron unirse y adoptar ideas novedosas que fomentaran el desarrollo económico de Puerto Rico. En el 2005 se radica la Resolución del Senado 23 (R. del S. 23) y en su exposición de motivos dice: “Puerto Rico puede comenzar a sentar las bases para enfrentar más efectivamente los retos del mundo moderno, incluyendo una verdadera gestión de desarrollo económico, que use al máximo sus recursos para potenciar plenamente la capacidad empresarial, reducir la dependencia, generar más empleos sin tener que inflar la nómina pública, lograr mayor equidad y tener mayor control de las decisiones económicas fundamentales” (Santiago- Negrón, 2005). “Si los sectores públicos y privados no toman las medidas correspondientes de corto plazo para ajustarse a la realidad de que la mayor parte de los países vecinos comenzarán a gozar de las ventajas y privilegios que antes se identificaban como exclusivos del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, podría enfrentar retos económicos insospechados, desde la posible pérdida de mercados para nuestros bienes y servicios hasta la incapacidad de competir exitosamente en el contexto internacional…” (Santiago-Negrón, 2005). Por esto, se entiende que el gobierno estatal se estaba preparando para la inminente implantación del DR- CAFTA. Esto significaba libre acceso del consumidor local a mercancías a precios más bajos, a la vez que abre nuevos mercados a los productos del país y no debe afectar al país ya que antes de la implantación del TLC el ochenta y ocho por ciento (88%) de las importaciones provenientes de los países participantes ya estaban libres de impuestos. Además, para esto se recomienda que se renueve el vínculo de unidad con los países centroamericanos y caribeños en especial los que participan en el DR-CAFTA. Así, elaborando una política exterior el Departamento de Estado de Puerto Rico comenzó los esfuerzos de búsqueda de nuevas oportunidades económicas, comerciales, culturales, científicas, tecnológicas, deportivas y turísticas para nuestra Isla dentro de un contexto internacional globalizado enmarcadas en las áreas de competencia del Estado Libre Asociado. Se consideró que para Puerto Rico es fundamental la participación en eventos de debate y análisis de organizaciones regionales como la Comisión Económica para América Latina (CEPAL 5 ) y la CARICOM. Lo que se ha visto en algunas ocasiones en Cumbres Iberoamericanas y en la Cumbre de Las Américas es que dentro de la delegación estadounidense van los delegados del gobierno puertorriqueño. Además, el secretario consideró reformar nuestra presencia internacional a través de las oficinas de Puerto Rico en el exterior, dotándolas de la infraestructura adecuada. La Asociación de Economistas de Puerto Rico se mostró poco alentadora ante el DR-CAFTA para Puerto Rico en una opinión en las vistas de la R. del S. 23: “La ventaja de la mano de obra barata también ha disminuido considerablemente. Las ventajas tributarias de Puerto Rico para las empresas estadounidenses también se han erosionado de forma sustantiva. Éstos, entre otros factores, se manifiestan en la reducción de la capacidad de nuestra economía para la generación de nuevo ingreso y empleo. La apertura del mercado estadounidense al libre movimiento de mercancía, recursos y capitales, erosiona aún más esas condiciones y la capacidad de la economía local para el crecimiento” (Benítez- Hernández, 2005). “…si le quitan los aranceles a países competidores, las industrias del café y frutas de Puerto Rico pudieran desaparecer.” (Benítez-Hernández, 2005). Entonces para que Puerto Rico se integre satisfactoriamente al DR-CAFTA se propuso cambiar algunos aspectos de la estructura legal y tributaria local. Los negocios tienen que tener capacidad de innovarse. Además, el aprovechar los beneficios de llevar nuestros productos libre de tarifas a los países incluidos en el TLC, ya que antes del mismo (DR-CAFTA) no lo eran. El Gobierno de Puerto Rico no ofreció soluciones reales en el momento de aprobación del DR-CAFTA. El mismo reconoció que el problema mayor lo tuvo en la década de los 1990’s con la aprobación del NAFTA, ya que éstos son sus competidores más fuertes. En el caso del DR-CAFTA el gobierno se preocupa con razón en los productos agrícolas que tendrían libre competencia contra los locales, con precios más bajos y ahora sin pagar aranceles. Esto es algo que vemos los puertorriqueños diariamente en cualquier comercio, ya que los productos agrícolas de los países del TLC son más económicos que los del país (Puerto Rico). Propósito y hallazgos El propósito de este estudio fue determinar las alternativas que tiene Puerto Rico ante el DR-CAFTA y cuál ha sido la respuesta del gobierno puertorriqueño hasta el momento. Mediante esta investigación se examinó la opinión

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