Primavera otoño 2020 (Año LXIII Núms. 122-123)

horizontes@pucpr.edu Año LXIV Núm. 124-125 horizontes PRIMAVERA / OTOÑO 2021 PUCPR 33 Tapia. Posteriormente se han hecho otras referencias al respecto y, por fin, ya algunos empiezan a reconocer su existencia. Puerto Rico cuenta con literatura fantástica antes que cualquier otro país de Hispanoamérica. El primer cuento fantástico hispanoamericano se encuentra en el Aguinaldo puertorriqueño de 1843. Se trata de El astrólogo y la judía , de Eduardo González Pedroso (Mario Kolhmann). El segundo, Pájaro malo , se encuentra en El gíbaro , de 1849, de Manuel A. Alonso. El tercero, El heliotropo , de Alejandro Tapia y Rivera, en el Almanaque-aguinaldo de 1860. Los tres cuentos se publicaron con anterioridad a la publicación de Gaspar Blondín , del ecuatoriano Juan Montalvo. Este trabajo se publicó en Quito en 1866 y se afirma que es el primer cuento fantástico hispanoamericano, afirmación obviamente errónea de acuerdo con la evidencia concreta que hemos señalado. En Puerto Rico se inicia la literatura fantástica hispanoamericana con los tres cuentos destacados y en ellos se inauguran los motivos fantásticos de las apariciones, la adivinación, la magia, los conjuros, las premoniciones, el pacto con el diablo, la superstición y las transformaciones. En el aspecto formal se introduce el uso del encuadre de una historia dentro de otra y la narración por parte de alguien al que, a su vez, le ha narrado los acontecimientos un testigo presencial de los mismos. Puerto Rico cuenta con el primer conjunto de literatura fantástica hispanoamericana, Cuentos de ultratumba (1872), de Manuel Corchado y Juarbe. Paul Verdevoye y otros atribuyen a la argentina Juana Manuela Gorriti la publicación del primer conjunto de esa índole con los cuatro cuentos que incluye en la sección titulada Coincidencias del libro Panoramas de la vida (1876). Ambos conjuntos coinciden en el uso de los motivos fantásticos y en la estructura formal, pero el del nuestro se publicó cuatro años antes que el de la argentina. Puerto Rico cuenta también con las primeras novelas fantásticas hispanoamericanas: Póstumo el transmigrado , Póstumo el envirginado y Enardo y Rosael . Con ellas, aporta Tapia a la fantástica hispanoamericana, entre otras cosas, el tema de la transmigración de las almas. Este aporte se ha atribuido erróneamente a Leopoldo Lugones con su novela El ángel de la sombra (1926). Nótese que Tapia se le adelanta por 54 años. Otro aporte de la novelística tapiana es el del doble. Este aporte se ha atribuido también erróneamente a Eduardo L. Holmberg con su cuento El ruiseñor y el artista , publicado en 1876, es decir, cuatro años con posterioridad a la publicación de Póstumo el transmigrado . Aportes adicionales de Tapia son el tema de la transformación física y sicológica, la inmortalidad, vincular lo erótico con lo fantástico e incorporar en la ficción a figuras históricas. Otros autores nuestros han contribuido notablemente a la fantástica hispanoamericana con la introducción de varios motivos: Manuel Fernández Juncos con el motivo del animal transformado; José Guillermo Torres con el tema de una parte del cuerpo que cobra vida independiente y Francisco del Valle Atiles con el caso clínico, alucinaciones y el estado anímico límite. En las páginas de nuestros autores hemos visto desfilar prácticamente todos los motivos característicos de lo fantástico. Se ha hecho gala de los diferentes estilos y escuelas literarias, lo cual no riñe con lo fantástico, y del uso de diversos recursos y estructuras. En cuanto a la calidad de las obras estudiadas, debemos señalar la exquisitez en el vocabulario, la corrección sintáctica, el dominio

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